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El Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge 'La Planchadora' de Pablo Picasso como obra invitada


La obra procede del Guggenheim de Nueva York y permanecerá en la capital hispalense hasta el 29 de julio

Sevilla Información. La consejera de Cultura, Rosa Torres, presentó ayer 16 de abril, el lienzo 'La Planchadora' (1904) de Pablo Ruiz Picasso como obra invitada del Museo de Bellas Artes de Sevilla. El cuadro, que pertenece al Museo Guggenheim de Nueva York, permanecerá expuesto en la pinacoteca sevillana hasta el próximo 29 de julio, dentro de la actividad que patrocinada por la Fundación El Monte trata de dar a conocer destacadas piezas procedentes de otras colecciones privadas o instituciones museísticas.

Con las piezas elegidas del ciclo 'La obra invitada' y el contenido permanente del museo se trata de establecer una estrecha relación, experiencia que enriquece y complementa la colección de la pinacoteca. En este caso, 'La Planchadora' de Picasso se muestra en el contexto de la pintura sevillana de la época, marcada a lo largo de todo el siglo XIX por el recuerdo de Murillo, el costumbrismo y los parámetros más academicistas, todo muy lejos de las vanguardias que sacudían Europa en el último tramo de la centuria, según ha explicado Rosa Torres,

No obstante, hay que puntualizar que los grandes pintores sevillanos de finales del siglo XIX e inicios del XX, como José Villegas, Gonzalo Bilbao o García Ramos, recibieron las influencias de la pintura europea del momento a través de sus contactos con ciudades claves como Roma y París.

'La Planchadora' de Picasso recala en Sevilla como contraprestación a la cesión por el Museo de Bellas Artes de la Dolorosa de Murillo y San Hugo en el refectorio de Zurbarán a la exposición 'Del Greco a Picasso', que se ha celebrado durante meses atrás en el Museo Guggenheim de Nueva York.

Periodo azul

En la primavera de 1904, Pablo Picasso se instala definitivamente en París, en el corazón de Montmartre. En 1901, la trágica muerte de su amigo Casagemas supone un cambio importante en su vida y en la forma de concebir su obra. A partir de ese momento se inicia el llamado Periodo azul (1901-1904), del que la obra 'La Planchadora' es un ejemplo genuino.

El lienzo se caracteriza por la utilización de una paleta azulada cargada de melan-colía y la elección de temas sombríos, tradición que encontramos en la pintura francesa ya desde el siglo XVIII. Se recurre a representar cuerpos femeninos en situación de esfuerzo, que el Realismo Social decimonónico utiliza como objeto de denuncia, y que se puede observar en la obra de autores como Degas. También en España, pintores catalanes como Novell, Casas o Rusiñol, con los que coincide Picasso en su juventud, realizan pinturas de mujeres solas y atareadas.

Encontramos una primera versión de 'La Planchadora' en 1901 y una segunda rea-lizada en pastel en 1904, en la que Picasso se recrea en los detalles de una habitación pobre y abuhardillada frente a ésta en la que se renuncia a toda ambientación doméstica en un intento de marcar la soledad y el silencio.

'La Planchadora' se enmarca dentro de una nueva forma de pintar en la que el trazo incisivo e hiriente determina perfiles rotundos y de marcada angulosidad, dando lugar a figuras humanas inquietantes. Nos ofrece la imagen de una mujer de fisonomía demacrada y rostro inexpresivo, que plancha sobre una tabla, acompañada de un cuenco con agua que se utiliza para almidonar la ropa. La delgadez enfermiza y el color ceniza de la figura expresan claramente el cansancio de una mujer exhausta por el trabajo.

En el tratamiento de la anatomía, Picasso utiliza un recurso que ya se aprecia en 'El viejo guitarrista ciego', pintado el año anterior en Barcelona: el hombro de la figura se convierte en un ángulo extremo desde el que cae todo el peso del cuerpo sobre la plancha de hierro, que se revela como el objeto de sufrimiento y en la que se marca toda la gravidez. El perfilado anguloso y picudo de las formas, que se evidencian escuálidas y frágiles bajo un ceñido vestido, acentúan la rigidez geométrica de la composición consi-guiendo con ello el objetivo de transmitir el silencio y la soledad de la pobreza.

La Planchadora formó parte de la exposición 'Picasso. Tradición y vanguardia', que pudo verse en el Museo del Prado y en el Centro de Arte Reina Sofía durante el verano del pasado año 2006. En concreto, esta obra fue expuesta en el Prado.

 










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