El Salvador. Museo de la Semana Santa

Francisco Santiago. El viernes tarde era todo un espectáculo ver la Plaza del Salvador. No había nadie dejando botellas ni vasos en las escalinatas, pues había policía local en las inmediaciones, la estatua de Martínez Montañés lucía sus mejores galas tras la restauración y las palomas acampaban por el a sus anchas.

Los niños las espantaban, como queriendo entre juegos y carreras por la rampa hacer las veces de salvaguardas del patrimonio y, entre todo esto, una interminable fila de personas que entraban y salían del segundo templo metropolitano.

En el interior del Salvador, la Virgen del Socorro ya espera con impaciencia la llegada del paso de su hijo, que mañana domingo harán la entrada de nuevo al remozado templo. Su palio, como ya nos anunciaron, están sujetos al suelo por unos tacos que impiden roces con el suelo, conservando así la integridad de la recién restaurada solería de mármol. 

Los altares móviles de la Hermandad de Pasión se están montando, a la espera que sus moradores abandonen la capilla Sacramental y bendigan a los fieles y devotos el Jueves Santo.

Y es que ya tenemos en preparación el Museo de la Semana Santa que supone la Iglesia del Salvador, con sus pasos, sus Imágenes divinas, su inmensidad ahora restaurada y la colección sublime de obras de arte que todo el conjunto supone.

Fotos: Francisco Santiago