Y el Carmen de Córdoba también estrenó capa manto, diseño del padre Juan Dobado

Arte Sacro. En la tarde del sábado día 12 de julio, durante la novena, completamente abarrotado el templo de los carmelitas descalzos de Córdoba, en la cuesta de San Cayetano, se bendecía la Capa de Nuestra Señora del Carmen que venera su Archicofradía, fundada a comienzos del siglo XVII.

Ha sido un proceso que ha durado dos años. Se trataba de pasar los antiguos bordados que a comienzos de los años cuarenta bordaron las Madres Adoratrices a una nueva tela, así como enriquecer definitivamente la Capa procesional de la Señora. Esta capa sustituyó a la que desapareció en los sucesos de la Guerra Civil, de tisú de plata estrenada en 1917.

Para ello se han precisado dos años de trabajo, el primero, para bordar las nuevas piezas a imitación y con las mismas técnicas que las antiguas, y el segundo para pasar los bordados antiguos e incorporar los nuevos.

El diseño se debe al P. Juan Dobado que ha recreado los mismos motivos de inspiración renacentista de dragones y ángeles y la ornamentación a base hojas de acanto, medallones de sedas y palomas con filacterias que llevan los nombres de los pueblos de Córdoba donde hubo conventos de carmelitas y donde la Virgen del Carmen es Patrona, añadiéndose dos fundaciones más que cuando se bordó la capa no estaban, Las Ermitas de frailes descalzos, y San Calixto, de descalzas. 

Como objetivo estaba incorporar una tela más rica, contratándose con los talleres de Rosa Garín en Moncada la elaboración del tisú de plata tejido a mano para los cuatro metros y medio de longitud  y los casi cuatro de ancho que tiene la Capa procesional. La colaboración de los devotos y bienhechores del Carmen de Córdoba han hecho posible adquirir la totalidad de los estrechos paños de tisú hasta completar la valiosa capa. Así se quería recordar la primera Capa que tuvo la Venerada Imagen.

El mundo cofrade cordobés asistía en la tarde del sábado a la presentación de esta singular pieza del patrimonio cofrade de la ciudad.

Forma parte del valioso patrimonio de esta Archicofradía que ha ido trabajando toda la orfebrería en plata de ley, respiraderos, candelería, destacando la valiosa peana y media luna que luce también en el Besamanos.

Se ha convertido en referente para el mundo cofrade de Córdoba, una hermandad de gloria que cuenta con quinientos hermanos y que gozó en su historia de gran prestigio entre las hermandades de Córdoba, figurando gran parte de la nobleza en la centuria decomónica como hermanos suyos.

No se limitó a este gran estreno, también se bendecía el nuevo estandarte de Santa Teresa, con bordados del siglo XVIII y XIX, y un nuevo vestido de tisú de plata para el Niño Jesús del Carmen.

Fotos proporcionadas por el Padre Juan Dobado.