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Cardenal Amigo: "El Resucitado tiene que estar en el punto más alto de la Semana Santa de Sevilla"


A  Fray Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo de Sevilla,  por tantos años de comprensión, amistad y cariño.

 Irene Gallardo. Esta entrevista se ha convertido en una tradición, puesto que siempre por éstas fechas vísperas de adviento, le solemos visitarle y cambiar impresiones, bien sea para la Radio, la Televisión o en este caso para el portal cofradiero Arte Sacro.

Ante todo eminencia, quiero agradecerle que nos haya recibido en audiencia al director del referido portal, Francisco Santiago y a mí, que me honro colaborando para éste portal cofradiero. Gracias eminencia.

Cardenal Amigo: Encantado.

I.G.F: Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo de Sevilla, nace en la Ciudad de los Almirantes en 1934, Carlos, la ciudad de los Almirantes es una ciudad de tierra adentro.

Cardenal Amigo: Pero eran unos Almirantes de secano, estos almirantes, la familia Enríquez, eran lo que podíamos llamar hoy jefes de Estado Mayor o Ministro del Ejército o Capitán General, no eran Almirante en el sentido de la Armada, una figura muy distinta a lo que nosotros entendemos en la actualidad por Almirante.    

I.G.F: Carlos en 1973, es nombrado por Su Santidad Pablo VI, Arzobispo de Tánger, tenía usted a penas 37 años, era usted muy joven cuando recibió el nombramiento, ¿qué supuso para usted ese nombramiento?

Cardenal Amigo: Cuando me nombraron, por lo visto era el Arzobispo más joven de la Iglesia Católica. Fue una sorpresa muy grande, el documento es del día 17 de Diciembre y esos días nos suelen llegar a todos muchas cartas y entre las cartas llegó una del Nuncio de Argel, porque era quien llevaba toda la cuestión del Norte de África, al abrirla la sorpresa fue que me encontré con un segundo sobre en el cuál ponía secreto Pontificio, eso ya era más serio, lo que había dentro del sobre estaba reservado y en su interior me decía que el santo Padre me había nombrado Arzobispo de Tánger y que tenía un par de semanas para responder si aceptaba o no. Todo esto era secreto Pontificio y le dije al Superior que tenía allí, en Santiago de Compostela, que tenía que hacer un trabajo serio, yo era por entonces profesor de antropología y que quería retirarme a un convento que teníamos cerca de Santiago de Compostela, en el campo, porque quería estar muy tranquilo y dedicarme a este trabajo, no le podía decir otra cosa. Lo que hice allí fue rezar y leer en el Código de Derecho Canónico qué era ser arzobispo, después de algunos días y no sin serias dudas, contesté dando gracias al Santo Padre y aceptando ese ministerio. Cuando tuve que dejar el Convento, se me caía la piel a tiras, lo digo sinceramente, aunque fuera para ser Arzobispo.

 I.G.F: Qué le dijeron su padre y su madre, en aquellos momentos a cerca del nombramiento.

Cardenal Amigo: Mi madre había fallecido. Llamé por teléfono a mi padre y le dije, que el Santo Padre me había nombrado arzobispo de Tánger. ¡Yo creí que los gritos de mi padre se iban a oír por fuera del teléfono!, pero no, no, el simplemente me dijo  “¡qué bien!, pero a mí ya sabes que lo que más me gusta es que seas siempre bueno con toda la gente”, aquello fue el mejor consejo que me ha podido dar nunca. Todo lo demás es secundario ante esto qué es lo principal, tratar de ayudar y servir a los demás. Los cargos no mirarlos nunca en beneficio propio, sino que te ponen en éste sitio para que tu ayudes a  los demás con aquello que Dios te ha podido dar a ti.  Este consejo me ha seguido guiando, en estos treinta y cinco años, que se cumplen en unos días, que llevo de Obispo, de los cuales se van a cumplir veinte siete que estoy en Sevilla. ¡Creo que no hay Obispo en el mundo que lleve tanto tiempo en la Diócesis como yo!

I.G.F: Usted está aquí a gusto y nosotros con usted, también.

Cardenal Amigo: Cuando me hacen esta pregunta, suelo siempre responder diciendo “¿es que no se me nota?”, es decir no solamente es que estoy a gusto es que se me nota, porque me siento muy identificado con Sevilla, con sus problemas, con sus alegrías, con su gente… mire mañana voy  a la cárcel, pues la gente de la cárcel ya son mis amigos, como me dicen los que llevan allí mucho tiempo, entonces uno se siente cerca de las personas, ya conoces las caras, los sitios… todo eso es muy grato para una persona.

I.G.F: ¿Cómo se encontró usted la ciudad y como la ve usted ahora casi veintisiete años después? 

 Cardenal Amigo: Desde el punto de vista urbanístico, es evidente, que Sevilla ha dado un gran salto con todo lo que supuso el 92 y todo lo que ha ocurrido después, lo que ocurre, que uno quiere tanto a Sevilla, que siempre te parece poco, pero no porque no haya dado un salto muy cualitativo la Ciudad, diríamos espectacular, pero siempre a las cosas que quiere uno, todavía quiere algo más.

Desde el punto de vista religioso, se ha mejorado mucho en participación, mucha gente está colaborando en las Parroquias con la Pastoral de la salud, de la educativa, con Caritas, que está realizando un labor magnifica en muchos aspectos. En las Hermandades y Cofradías se han conseguido muchas cosas, tenemos unas normas y reglas adaptadas, cada vez la Hermandades son más sensibles con la labor caritativa y de asistencia social. Con todo ello ocurre como con un niño, que como lo ves todos los días, pues el hijo va creciendo y no te das cuenta, pero una persona que viene de fuera te dice “¡hoy este niño como a crecido!”  y no te has dado cuenta. Con la Hermandades nos ha ocurrido lo mismo, indiscutiblemente las Hermandades están en muy buen momento.

I.G.F.: ¿Es difícil de dirigir la Archidiócesis de Sevilla?

Cardenal Amigo: Es una Diócesis compleja, tiene muchas actividades. Uno tiene que tener la suficiente prudencia de no intentar saberlo todo y consultar a las personas que sabe, con éste sentido de participación y de consejo se llevan a delante cosas que de otra manera sería imposible. Tenemos una Diócesis de casi dos millones de personas, con las distintas Parroquias, Asociaciones de todo tipo que tenemos aquí, el patrimonio cultural, la construcción en nuevos barrios, la acción social y caritativa, las monjas de clausura con más de cuarenta monasterios… en fin que uno ve que todo es enormemente grande e importante y que uno no lo puede descuidar.

Lo que ocurre también en una Diócesis como Sevilla es que está muy bien organizada, teniendo una gran ventaja por ser tan grande, que tienes muchas personas que te ayudan, en una Diócesis pequeña, a veces el Obispo tiene que presidir el Tribunal y casi barrer la Catedral, en nuestra Diócesis tenemos personas especializadas en los distintos sectores y creo que hay una organización muy dinámica, se ha ganado también muchísimo en agilidad, en cuanto a solución de asuntos, proyectos, realizaciones, en todo lo que es la gestión de una entidad de ésta envergadura, que es la de Sevilla.

I.G.F.: Que le dicen estos nombres: Monseñor Cirarda Lachiondo (fue pregonero de la Semana Santa 1965), Juan Garrido Mesa, Antonio Domínguez Valverde y Leonardo Castillo.

 Cardenal Amigo: Cada una de estas personas ha tenido una significación especial. Si tuviera que resaltar a alguna persona calve en la historia contemporánea de Sevilla, sin duda alguna citaría a D. Antonio Domínguez Valverde. De una manera muy sencilla, muy callada, pero ha sido el hombre providencial, al que todos podían acudir, del que todos recibían un consejo, en los momentos de mayor dificultad ponía equilibrio, siempre estaba dispuesto a servir a quien lo necesitara. Era una memoria viviente de la historia de Sevilla, conocía absolutamente todas las cosas sin moverse mucho de su Parroquia de la Magdalena.

Después cada uno de estos hombres tiene su característica. Juan Garrido Mesa, muchos le conocen por la labor admirable de la restauración del Divino Salvador, pero no se crean ustedes que ha sido lo más importante que ha hecho Juan Garrido, ha hecho cosas muy importantes desde el punto de vista jurídico, de la relaciones de la Diócesis con las Instituciones Públicas, en la transición autonómica, en sus clases…aunque sea ha significado mucho con la restauración del Salvador.

Bellido Caro, fue una persona muy metida en el corazón de Sevilla, de Andalucía. Ha sido una persona que desde la Diócesis de Jerez, como Obispo, que supo estar cerca de las personas que estaban en la Iglesia pero poco significadas, como los movimientos apostólicos, también hizo muy buena labor por la Hermandades y Cofradías.

 Y que podemos decir de Leonardo Castillo, que tenía un corazón más grande que el cuerpo, que quería a todo el mundo con toda el alma, que nunca veía problemas en nada, que cuando había una dificultad el siempre estaba dispuesto. La de veces que yo le llamaba, “Leonardo, que tengo éste problema” y él decía “no se preocupe, déjemelo a mí que vamos a ver”. “Leonardo, que no hay dinero para hacer ésta obra de caridad que tenemos que hacer” y él me decía “no se preocupe que lo que sobra es el parné”, me decía tantas veces. Era un hombre siempre disponible, con bondad, con alegría, con todo lo que de él sabemos. Cuando yo vivía en San Telmo los primero meses, a mi me presentaba desde los personajes más famosos hasta los más raros. Cada día el me llevaba a desayunar o a almorzar con alguna persona de Sevilla para “que fuera conociendo a los personajes”, me decía él, desde un aristócrata, un artista, un torero famoso o un anónimo gitano. Leonardo, fue un hombre que vivió para los demás en el sentido más grande de la palabra.

I.G.F.: Andalucía y Sevilla, le han designado Hijo Predilecto e Hijo Adoptivo, respectivamente, ambos reconocimiento concedidos por responsable políticos del partidos Socialista. ¿Es usted consciente que tiene usted el respeto y el reconocimiento de partidos políticos y asociaciones, que se desvinculan absolutamente de la Iglesia?

Cardenal Amigo: José Chamizo, el Defensor del Pueblo de Andalucía, nos conocemos desde hace mucho tiempo, desde que yo era Arzobispo de Tánger y tenía que pasar muchos días en Algeciras, porque el viento de levante no dejaba que los barcos circularan y me tenía que acoger al amparo y la caridad de los sacerdotes de Algeciras y José Chamizo me dice que tengo una ventaja, que he vivido como minoría y he tenido que vivir mirando a las personas como las miran los enfermos, de abajo arriba, el enfermo ve a las personas tumbado en la cama, que es muy distinto de verlas desde arriba y yo he tenido que aprender a mirar a las personas desde abajo, en minoría y no tener ningún tipo de poder, todo eso te ayuda  a comprender y asentirse muy cerca de todo y de todos, así que esta escuela que uno vivió como minoría en Marruecos, donde en una población de tres millones y medio de personas, pues los Católicos éramos muy poquitos y cada uno de un país diferente, entonces me acostumbré a vivir con todos a aprender de todos y a querer a todos y no me cuesta ningún trabajo, para mí no hay ni Socialistas, ni Izquierda Unida, ni el PP. ni el PA., son unas personas que están trabajando por el bien común y mi obligación es ayudarles a que puedan realizar bien su misión. Puedo tener mis ideas políticas pero como Arzobispo, mi idea es poder ayudar a todos, sin ningún tipo de limitaciones de nada. Debo decir también que yo me siento respetado, incluso en ideas mías que no concuerdan  con otras ideologías políticas.

I.G.F.: Vamos a hablar de cofradías, ¿cree usted que puede seguir incrementándose la nómina de hermandades que hacen estación de penitencia a la Catedral?

Cardenal Amigo.: Hay que ver la nómina, hay que ver el tiempo y hay que ver el espacio, lo que no podemos pensar es que los días de la Semana Santa tengan más de veinticuatro horas y que tienen que conjugar los legítimos deseos de las llamadas hermandades de los días previos a la Semana Santa, con la estructura de las propia Semana Santa. Son dos cosas distintas, por una parte el deseo de entrar y por otra parte la necesidad de mantener también un equilibrio entre tiempos y espacios, no puede ser una aglomeración sin orden ni concierto, eso sería lo más absurdo. En este tema es el Consejo con las Hermandades y también las entidades a quienes correspondan, porque por ejemplo, si se trata de actuaciones en la Catedral, lo que no se puede hacer es organizar la casa de los demás si no que hay que dejar que el inquilino por lo menos manifieste su opinión. Igual ocurre con el Ayuntamiento, no podemos organizarle toda una ocupación de gran parte de la Ciudad, durante unos días, sin contar con él, en seguridad, limpieza, circulación, muchas cosas que son muy complejas. Todo esto son temas de permanente interés y que algunos se van solucionando y otros tienen que contentarse con estar como están.

I.G.F.: ¿Qué opinión le merece éste Consejo de Hermandades, que hace escasos cinco meses que han tomado posesión de sus cargos?

 Cardenal Amigo.: Creo que están actuando con mucha prudencia y sin espectacularidad. Tienen media docena de temas que no han olvidado, que están trabajando sobre ellos, creo en primer lugar, recogiendo mucha información, consultando a muchas personas y diciendo que no hay que empujar al tiempo. Esto de la Carrera Oficial que parecía que era un agobio, no se puede hacer, son muchos los elementos, como decía, que están ahí dándole vueltas  y creo que el Consejo lo ha comprendido, creo que está actuando muy bien y con mucha prudencia.

I.G.F.: Como ve usted el papel de la mujer en la Iglesia y en las cofradías, en este recién estrenado Siglo XXI.

Cardenal Amigo.: Igual que el del hombre. Cada uno aporta lo que tiene de propio para el bien de la comunidad.

En cuanto a la participación de la mujer en la vida de las Hermandades, desde el primer momento yo dije, que a mí lo que me preocupaba, no era tanto que la mujer saliera de nazareno en la Estación de Penitencia, como que pudiera llegar a ser Hermana Mayor, creo que hoy en ninguna Hermandad se duda de que esto es perfectamente legítimo.

En las juntas de gobierno ya cada vez es más frecuente que estén presentes las hermanas y no solamente no pasa nada, sino que incluso le da a lo mejor, pues una visión más amplia de los temas.

En cuanto a la cuestión de la hermanas nazarenas, desde aquella famosa exhortación pastoral  que di, como sabe yo no he vuelto a hablar del tema, en la seguridad que las Hermandades son lo suficientemente inteligentes, para darse cuenta por donde tienen que trabajar. Incluso podemos tener en fechas próximas la sorpresa, de que algunas Hermandades que podían estar más reticentes, han encontrado el camino de salida para tener igual que todas la demás Hermandades, este tema resuelto.

I.G.F.: ¿Qué hacemos con la Resurrección?     

 Cardenal Amigo.: El Resucitado tiene que estar en el punto más alto de la Semana Santa de Sevilla. Llevamos muchos años pendientes del horario del Resucitado, nadie duda que el Misterio de la Resurrección de Jesucristo es lo más grande de la Semana Santa, pero en cuanto a la estación de penitencia a la Catedral… ¿en qué momento?, ¿en qué día?... pues hay unas soluciones y hay algunas, que yo creo que será al final, la que aparezca, pero en esto como es lógico, yo tengo que ser muy prudente y no poner ningún tipo de presión, ni al Consejo, ni a la hermandad, ni a las hermandades del Sábado Santo. El tema se está estudiando y tendrá su sitio.

I.G.F.: Cambiamos de asunto. En 2008-2009, se cumple el octavo centenario de la fundación de la Orden Franciscana. ¿Nos queda muy lejos en nuestros días, el mensaje de Francisco de Asís?

Cardenal Amigo.: En Mayo de 2009. Habrá un acto importante en la Catedral. En estos días hay un encuentro muy importante en el Monasterio de Guadalupe, con presencia del Padre General de la Orden, que por cierto fue alumno mío, yo lo recibí en la Orden, José Carballo. Lo vamos a celebrar a nuestro modo, a nuestra manera franciscana, se trata de vivir nuestra espiritualidad, compartirla con todos y sentirnos felices de que todos se sientas a gusto a nuestro lado.

El mensaje de San Francisco es permanente. La sencillez, la alegría, la pobreza, buscar a Dios en todas las cosas, estar cerca de los humildes y hacerlo todo con esa sencillez, de hacer las cosas más grandes sin que se noten, no se trata de presumir de nada sino de servir a todos. Estos son valores que se aceptan y se viven y que tratamos de llevar unos y otros a delante. Qué duda cabe, que en nuestras aspiraciones está, que este año franciscano, resuenen estos valores  con fuerza, que están vigentes y que no han perdido todo su vigor.

I.G.F.: A modo de conclusión, hablemos de Monseñor Asenjo.

Cardenal Amigo.: Es una bendición de Dios, que el Santo Padre nos haya enviado este Arzobispo Coadjutor. Desde hace unos meses, soy consciente de la edad y había comentado al Santo Padre, que me parecía que ésta Diócesis necesitaba una transición totalmente normal y que el nuevo Obispo, fuera conociendo a la Diócesis y la Diócesis le fuera conociendo a él  y no estos sobresaltos que tuvo que pasar un servidor,  que casi tuve que pasar a prisa y corriendo por la enfermedad del Cardenal Bueno Monreal, un hombre muy querido en Sevilla y mi ignorancia total de lo que era una Diócesis de éste calibre.

El Santo Padre nos ha concedido este Arzobispo-Coadjutor, que tiene unas cualidades muy adecuadas para Sevilla. En primer lugar el ha sido secretario de la Conferencia Episcopal Española, lo cual quiere decir que la relación con las Instituciones, es una lección que la tiene muy aprendida y que la ha hecho muy bien. Como Obispo auxiliar de Toledo, es la Diócesis Primada, el conoce muy toda la historia de la Iglesia española, lo que ha significado la unidad de España y los problemas de divergencia.

Después, estos años como Obispo de Córdoba, le han metido en el corazón de Andalucía, con la religiosidad popular, con una región muy viva y todo esto hace indiscutiblemente de él, una persona muy adecuada para este cargo.  

La verdad es que yo estoy sumamente feliz, con la designación de Monseñor Asenjo Peregrina y estoy completamente seguro de que se ganará el corazón de los sevillanos.  

I.G.F.: Para finalizar, pedirle que a través de este portal cofradiero, como es Arte Sacro y para todo el mundo, nos dé su bendición y su felicitación en vísperas de la Navidad.

Cardenal Amigo.: Con mi bendición a todos lo que os acercáis a la esta página Arte Sacro. Una bendición llena de los mejores deseos, que ustedes sean muy felices. Les voy a recordar algo, uno no puede ser feliz si no hace felices a los demás y por eso en este deseo “sean ustedes muy felices”, está incluido “sean ustedes muy felices porque van a trabajar mucho para hacer felices a todos”.

Que Dios les bendiga, les guarde y no se olviden de otra cosa, de felicitar a Jesucristo y no solamente porque sea su cumpleaños, sino sobre todo, porque hay que ver tantas y tantas personas, tan buenos cristianos, que en el mundo entero se esfuerzan por llevar a los demás, un poco de pan, mucha paz y esperanza.

Así que felicidades a todos y enhorabuena.

I.G.F.: Gracias. Que como dice nuestro Seráfico Padre San Francisco, que el Señor le bendiga y le muestre su rostro. Paz y Bien Eminencia.

Cardenal Amigo.: Paz y Bien.

Nuestra visita al Palacio Arzobispal, concluyó tal como se inició, con sendas muestras de cariño y respeto, a quien es la cabeza visible de la Iglesia de Sevilla y que durante estos casi veintisiete años de estancia entre nosotros, ha echado tantas y tan profundas raíces en ésta tierra que por gracia de Dios es Mariana.

Eso sí, antes de abandonar la Plaza de la Virgen de los Reyes, nuestros pasos se dirigieron al interior del convento de las Agustinas de Santa Marta, que tras las rejas del coro, rezaban con emocionada devoción, a la Pura y Limpia Concepción del Postigo del Aceite.

IRENE GALLARDO FLORES PARA ARTE SACRO
SEVILLA 1 DE DICIEMBRE DE 2008

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Fotos: Francisco Santiago.










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