Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • martes, 14 de mayo de 2024
  • faltan 334 días para el Domingo de Ramos

Cofrades en Vanguardia. Antonio Gila Bohórquez


 "Todos somos ignorante, pero no todos ignoramos las mismas cosas" Estas palabras de Albert Einstein son, bajo mi punto de vista, un fiel reflejo de lo que a día de hoy, ocurre en nuestras Hermandades y Cofradías.

No quisiera comenzar como una Carta Apostólica dirigiéndome a vosotros, lectores, como Hermanos. Se da por entendido que lo sois. Pero sí, mi mensaje, quiero que sea único y a la vez, rotundo.

El becerro se está asomando por la Puerta Grande... y.... señores, nos está tocando con sus cuernos.

La aireada fortuna de muchos "bienvenidos" en este mundo cofrade, se hace esperar y mientras, otros, mejor recibidos, son los que llevan el... cotarro. Hermanos míos, ¿en qué nos estamos convirtiendo? Entendible es la hartura de muchos y el bienestar de otros.. muchos. Sin embargo, no hay que ser un lince para percatar la zona comanche y persuadir a la virtud. Hermanos... que somos cofrades... no una manada de fieras salvajes en busca de un territorio donde expandir su dominancia.

El ser, a día de hoy, honorabilísimo miembro del Cuerpo Nacional de Acólitos Instituidos, puede llegar a ser una auténtica aventura que se conforma de manera notable, entre nuestras Hermandades; que si la pértiga, que si el cirial, que si el incensario (no menospreciemos al naveta), que si en Cristo, que si en Virgen (no menospreciemos a una Cruz Parroquial o una Cruz Basilical...) Pero no sólo ese ámbito: en Juntas de Gobierno, Diputados, Juventud, Costaleros, Priostía, Cuerpo Internacional de las Cotillas del patio,... todo, absolutamente todo, para ocupar un sitio "privilegiado" en la Salida Penitencial. ¡Qué maravilla el lucir corbatita nueva y cuello italiano de Pierlorenzo! ¡Qué maravilla!

Mientras tanto, los que trabajan y hacen algo provechoso en nuestras Hermandades, dígase: labores de Caridad como Campañas de Navidad, Conciertos programados, recogida de alimentos, carretillas, visitas a residencias de la tercera edad,... todos, son el cerco cerrado de la marginalidad de una Hermandad. En ellos, eso del pescaíto frito con latigasso de tinto, como que no. Son unos bichos raros... no limpian plata, y no se ponen guantes de punta en blanco. Solo hacen menesteres y labores de andar por casa. Y como nuestras Hermandades, a día de hoy son de todo menos... una casa...

Hermanos y Hermanas, recuerdo las palabras de Álvaro Mutis: "Cuando la gratitud es tan absoluta las palabras sobran"

En memoria de aquellas personas cuyas manos se destinan al tacto caritativo de las labores de una Hermandad, y no a la sostenibilidad de unos cuantos entre una multitud de devotos.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.