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Opinión. El Cachorro, una decisión muy difícil. El Diputado de Cruces.


Menuda papeleta la que le ha caído a la junta de gobierno de la hermandad del Cachorro con la solicitud de la comisión organizadora de la Jornada Mundial de la Juventud a celebrarse en 2011 en Madrid para que la imagen titular del Santísimo Cristo de la Expiración presidiera una de las estaciones del Vía-Crucis que S.S. Benedicto XVI va a celebrar en la citada jornada. Una difícil decisión en la que había muchos factores a tener en cuenta.

Por un lado, el lógico orgullo de la hermandad por ser la elegida para representar a la Semana Santa sevillana. Por otro, la también lógica preocupación por aquellos fieles que cada día van a rezar ante el Cachorro y que se verían, por unos días, huérfanos de la imagen. Además, se ha hablado de las posibles presiones que pudieran llegar desde el Palacio Arzobispal (sinceramente, yo que me decanto más por el amiguismo que por el asenjismo y ustedes me entienden perfectamente, no me creo en absoluto que estas presiones hayan siquiera sido pensadas por nadie de palacio). Y, desde luego, las cuestiones técnicas: costes (parece que todos a cargo de la hermandad o de posibles patrocinadores que ésta buscara), transporte (de la imagen y de los enseres), lugar de permanencia en Madrid, seguridad para el mantenimiento de la imagen,… Parece ser que, al final, han sido las circunstancias de maniobrabilidad y exposición de la imagen las que han decido a la junta para declinar la invitación. A mí, de verdad, me gustaría que me lo explicaran con mayor claridad. Alguien dirá que eso son asuntos internos de la hermandad, en lo que yo estaría, en general, de acuerdo. Pero en este caso concreto, permítanme que discrepe, porque el Cachorro hubiera ido a Madrid en representación de todos los cofrades sevillanos. Y creo que tenemos derecho a saber el por qué real de la negativa y el contenido de los informes que la han apoyado. Además, eso de las cuestiones técnicas es preocupante. ¿Tan mal está el Cachorro? Si es así, a lo peor habría que pensar en dejar de salir el Viernes Santo. Ya saben, se sale a las cuatro de la tarde, que puede hacer mucho calor, se entra muy tarde, que puede hacer mucho frío, la humedad, posibles chaparrones imprevistos, los movimientos del paso…. Todo esto afecta muy negativamente a la madera, ¿verdad? En Madrid y aquí también.

Lo que espero que no haya tenido influencia en la junta de gobierno es la negativa vociferada por dos grupos muy distintos, pero que suelen ir de la mano (sin darse cuenta), unos ignorando y los otros sabiendo muy bien lo que hacen y lo que quieren conseguir. Me refiero a los del provincianismo seudo-nacionalista radical de “si el Papa quiere ver al Cachorro que venga a Triana a verlo” o de “¡esto es Sevilla y aquí hay que…!” (frase futbolera inventada cuando Sevilla era la sede permanente de la roja y no se perdía nunca) y a los del seudo-progresismo de “es una obra de arte muy valiosa que hay que preservar como los cuadros de Velázquez o la arquitectura de las Iglesias del Románico”.

Ambos grupos participan activamente, repito, unos por ignorancia y otros con plena conciencia, en ese movimiento dirigido a quitarle a la Semana Santa toda su esencia religiosa y dejarla en una mera celebración festiva y/o cultural. A los primeros, habría que recordarles que ser católico tiene una componente universal y que el Papa es el vicario en la Tierra de Aquél a Quien representa el Cachorro. Sí y aunque a alguno le duela oírlo, el Santísimo Cristo de la Expiración no es nada más (y nada menos) que una imagen en madera de Jesús y la devoción a dicha imagen sería mejor que fuera acompañada por el conocimiento de Su mensaje recogido en la doctrina cristiana, más en particular, en el caso de la Semana Santa sevillana, en la doctrina católica, cuya cabeza visible es S.S. Benedicto XVI.

Y a los otros…, ¡ay, los otros! He leído en algún sitio algo así como que “vale que el Cachorro, por tradición, tenga que salir en Semana Santa, pero el resto del año debería preservarse, como la obra de arte de incalculable valor que es, de manera museística para contemplación y gozo de los amantes del arte”. O sea, que nuestras estaciones de penitencia acompañando a las imágenes de nuestra devoción son meras tradiciones y que a las imágenes hay que contemplarlas en vez de darles culto y rezar ante ellas. ¿No será que es a esto a lo que los cofrades, con nuestras miserias, nuestras actitudes egocéntricas y nuestros silencios, estamos dando pie?

En fin, que la junta de gobierno del Cachorro ha tenido que tomar una decisión muy difícil y muy compleja. Seguro que, por ello mismo, será la acertada, aunque este diputado sigue pensando (insisto, seguro que equivocadamente) que debería haberse hecho todo lo posible (y lo imposible) por llevar el Cachorro a Madrid.

P.S.: Aunque sea una cuestión tangencial al objetivo de este artículo, sería bueno, por lo que ya se está oyendo, que los grupos jóvenes de las hermandades sevillanas dieran la mayor publicidad posible a las actividades que organicen para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, porque no vaya a ser que se empiece a decir por ahí que sólo están interesados en los asuntos de bandas, costaleros, enseres y demás y que pasan del Papa y de la Iglesia, algo que no es cierto, ¿verdad?

¡Feliz Navidad a todos!

diputadocruces@yahoo.es

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