Arte Sacro
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Salvador Madroñal restaura a Nuestra Señora de la Soledad de León


Arte Sacro. Salvador Madroñal ha restaurado recientemente la imagen de la Stma. Virgen de la Soledad de León de la Cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias y Soledad fundada el 9 de Febrero de 1578, que radica en la Iglesia de Santa Nonia de la citada ciudad. 

Ntra. Sra. de la Soledad es de autor desconocido aunque siempre se ha señalado el S. XIX como momento de su realización pero no hay ninguna noticia que testifique este hecho, apareciendo en distintos documentos desde 1812. 

La imagen que representa la segunda advocación de la Hdad penitencial fue fundada en 1578, aunque la imagen se supone que, sin duda con anterioridad a las datacione establecidas pero aunque los rasgos estilísiticos de la imagen son posteriores motivados principalmente a las distintas restauraciones a las que ha sido sometida.

La restauración principalmente ha consistido a la consolidación del bendito simulacro ya que en la última restauración que se le hizo a la Señora se barajó la posibilidad de realizar una nueva imagen, debido al pésimo estado de deterioro ya que no daba la garantía para ser una imagen procesional. Para volver a su estado original, se ha realizado una profundísima restauración devolviendosele su antiguo esplendor.Una vez la imagen en el taller, se pudo comprobar que había gran partes de la policromía que solo con tocarla, se apreciaba que bajo esta no había base ninguna ya que ha sido profundamente atacada por xilófagos (carcoma).

Tanto la talla como la policromía se ha tenido que restaurar y rehacer principalemente motivado porque distintas manos inexperta habían realizado sobre la talla, restauraciones, retoques, repintes, limpiezas y un largo etc que , aunque con muy buena fe, para nada tenía que ver con el daño que se le había hecho al bendito simulacro y para nada con lo que vieron nuestro antepasados.Se le realizó candelero y juego de brazos nuevos y siempre, la restauración bajo la supervisión de la comisión de la Junta de Gobierno.

Carta de Aitor Álvarez Bardón, cofrade de León, sobre la restauración

Se puede decir que la Divina Providencia ha tenido un papel innegable en esta restauración, pues fue la mismísima Madre de Dios la que eligió al maestro Salvador para que restaurara la imagen de Nuestra Señora de la Soledad de León.

La verdad es que cuando conoces a Salvador, conoces a una persona especial y comienzas a entender como unas manos como las suyas son capaces de tallar imágenes que cobran vida. Su forma de ser, trasmitir su arte y su pasión hacen que el que va a su taller marche del mismo con ganas de poder trabajar con él. Por eso entiendo que la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad de León le eligiera para restaurar su tan preciada Soledad.

Cuando el Bendita Imagen fue llevada al taller que el maestro tiene en la calle Pedro Miguel de la ciudad hispalense, llegaba, como él indicó, en un muy preocupante estado de conservación y cuando ha salido de ese mismo taller cinco meses más tarde, ha vuelto a su ciudad irradiando solemnidad.

La devoción y dedicación con la que ha llevado a cabo dicho trabajo son características que se ven impregnadas en el resultado obtenido. Sin duda, aunque no solo, son las horas y días de trabajo, los fines de semana y las noches de trabajo, la prudencia, el entusiasmo, el respeto, la sinceridad... lo que representa su trabajo.

No soy yo el que pueda hablar de las técnicas utilizadas en una restauración, pero si puedo afirmar que a la hora de policromar una imagen, Madroñal no tiene semejante, sin duda alguna ¡es el mejor!.

Solo hay que mirar a Nuestra Señora de la Soledad para poder ver como el Bendito Simulacro cobra vida, como de sus hermosos ojos brotan auténticas lágrimas de dolor y como con su dulce mirada evoca la ternura de una madre.

Dicen que la primera impresión es la que cuenta, y quizá no siempre sea verdad, pero en esta ocasión el refrán fue más cierto que nunca. Un vuelco al corazón, una lágrima en la mejilla, una sensación especial, sentimientos indescriptibles para un simple devoto de la Virgen que no encuentra palabras suficientes para definir tanta emoción.

No soy yo más que un servidor de Nuestra Señora que solo puede dar gracias a Dios por haber conocido a Salvador y por qué la Cofradía de la que soy hermano le encargara tan magnífico trabajo a este maestro, pues ahora y por muchos años la Virgen lucirá radiante en el atardecer del Viernes Santo Leonés.










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