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Provincia. Triunfal regreso de María Auxiliadora Coronada a su Capilla tras su Coronación Canónica en Alcalá de Guadaíra


Manuel Pinto Montero. El pasado sábado 3 de mayo la localidad de Alcalá de Guadaíra se llenó de emociones cuando la Virgen salesiana de María Auxiliadora fue Coronada Canónicamente a los pies del Castillo alcalareño. De todo ello han tenido noticias en este portal, tanto del Pontifical de Coronación, como del posterior regreso triunfal de María Auxiliadora Coronada a la Parroquia de Santiago.

Pero la jornada festiva para los salesianos alcalareños no finalizaba con la entrada de la Virgen salesiana en la Parroquia de Santiago, aún la Virgen tendría que regresar a su sede canónica, a la Capilla del Carmen, en la cual recibe los rezos de su pueblo alcalareño. La procesión de regreso a su casa se inició a las siete de la tarde abriendo el Cortejo la Agrupación Musical del Soberano Poder de Alcalá de Guadaíra. Tras ella todas las Hermandades alcalareñas con sus estandartes.

Minutos después María Auxiliadora con la corona en sus sienes y sobre su paso bellamente exornado con rosas, orquídeas, antirrhinum, nardos, lilium longiflorum y aspidistra,  abandonaba la Parroquia de Santiago, despidiéndose de las Hermandades que en ella radican. El paso fue custodiado en todo el recorrido por los niños seises salesianos.  A los sones de su nueva marcha la Virgen reviraba en la Plaza del Derribo para fijar su mirada en la cuesta de Santa María, donde en lo alto la Patrona alcalareña, a buen seguro que la despedía, compartiendo ambas la máxima distinción que la Iglesia otorga a las imágenes marianas, como es la Coronación de la imagen.

Las campanas de la hermosa torre de Santiago la despedían cuando poco a poco la imagen procesionaba a sus pies buscando la estrechez de la calle José Lafita. Una inmensa bulla la acompañaba en esa calle que aparecía engalanada con los colores celeste y rosa. La torre de Santiago se asomaba para no perder detalle de lo que allí ocurría. Al final de la calle una petalada despedía a la Señora que entraba a los sones de Rocío en la Plaza del Duque.

Con el sol a su espalda la Virgen de don Bosco llegó a las puertas del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra donde fue recibida por la corporación Municipal.  El paso por estos rincones alcalareños dejó estampas inéditas en el atardecer de este mes de mayo. Ya en la calle Nuestra Señora del Águila se vivieron grandes emociones. María Auxiliadora Coronada fue vuelta a los ancianos de la Residencia de la Milagrosa, tan vinculada a los salesianos. Con pétalos fue recibida en las puertas por los cuidadores de estos mayores alcalareños.

Poco a poco siguió sus pasos por el centro de la localidad cuando las campanas de la espadaña del Convento de Santa Clara la llamaban. Reviró el paso de la Señora en las puertas del Convento y las hermanas franciscanas entonaron sus voces para rezar a la Santísima Virgen. Las monjas clarisas quisieron acercarse hasta las puertas para despedir a la que es su Auxilio. Los sones de la Banda de Nuestra Señora del Águila de la localidad interpretaba en esos momentos Virgen de los Estudiantes, en un guiño a la franciscana Hermandad del Perdón.

Cuando la noche ya caía sobre Alcalá de Guadaíra la Virgen llegaba a las Hijas de la Caridad. Unas emocionadas hermanas contemplaban como la Santísima Virgen volvía su mirada hacia ellas, agradeciéndose la gran labor que realizan.

Desde las Hijas de la Caridad hasta la Plazuela lugares donde la presencia de la Virgen se hace notar. En este lugar la Archicofradía de María Auxiliadora de Málaga, que la había acompañado durante todo el día, se despidió de ella. Balcones engalanados y guirnaldas en la calle Mairena la esperaban. La jornada llegaba a su fin en el lugar donde comenzó todo, donde hace ahora cien años los salesianos llegaron trayendo el Auxilio de los Cristianos.

Pero lo mejor estaba por llegar y su calle, la callejuela del Carmen, que tanto sabe de devociones marianas esperaba a su Virgen con un cielo que se vistió de celeste y rosa. Y en este lugar llovió, y llovieron miles de pétalos para la reina salesiana que cayeron sobre la imagen y su paso, cuando todo el pueblo alcalareño allí congregado entonó la salve de la popular marcha Encarnación Coronada.

Minutos más tarde, al filo de las once y cuarto de la noche María Auxiliadora Coronada llegaba hasta las puertas de su capilla y atravesada un bello arco, cedido por la Hermandad vecina del Santo Entierro, que por otro lado no abrió las puertas de su Capilla al paso de la imagen salesiana.

Con paso lento sus costaleros, de rodillas, atravesaron el dintel de la Capilla del Carmen mientras era recibida por todas las Hermandades de Alcalá de Guadaíra ya en su interior. Con el paso en el presbiterio se rezaba el tradicional “Rendidos  a tus plantas”, poniéndose el broche final a una jornada que quedará escrita con letras de oro en los anales de la historia salesiana y de la devoción mariana de esta ciudad de Alcalá de Guadaíra.

 

Fotos: Manuel Pinto Montero.










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