Provincia. Asunción de Cantillana, la fe de un pueblo

Mariano Ruesga Osuna. Llevo muchos años realizando reportajes gráficos y escribiendo alguna que otra crónica en todo el ámbito cofrade, Penitencias, Glorias, Sacramentales, salidas extraordinarias… En esta ocasión me he ido a la provincia, sección a la cual se dedican otros compañeros de esta web cofrade.

El llegar a una casa ajena, (la primera vez que iba) y encontrarte el trato que he recibido, es mucho de agradecer, todo han sido atenciones, empezando por su hermano mayor, Francisco Eduardo Esteban.

Decir Asunción en Cantillana es decir fe, devoción, alegría, derroche de amor hacia la Santísima Virgen.

Aún con las puertas del templo cerradas al público, el capataz del paso Antonio Santiago, reunió a sus dos cuadrillas (la alta y la baja) delante del paso y les dirigió unas palabras, de su locución, me quedo especialmente con una cosa, “vuestro trabajo debajo del paso de la Santísima Virgen, es una catequesis, una acción de Fe pública”

A las ocho de la tarde se abrieron las puertas del templo y una marea humana lo abarrotó en pocos minutos, emociones, rezos, lloros, vivas a la Virgen, es algo que no se puede explicar en estas líneas, es algo que recomiendo a cualquier cofrade a que lo viva en años venideros.

No busquen la cruz de guía en el cortejo, porque no la tiene, ni busquen pareja de cirios, ni busquen el estandarte corporativo (bacalao) flanqueado con sus varas, ni libro de reglas, ni presidencia, ni busquen acólitos con ciriales o incensarios, ni siquiera monaguillos con navetas o bolsas con carbón e incienso, esta procesión no lleva nada de eso, su cortejo es el pueblo, un pueblo que camina siempre hacia atrás, siempre mirando la cara de su bendita Asunción.

Eso sí, acompañamiento musical no le faltaba, abriendo el “cortejo” la Agrupación Musical Muchachos de Consolación de Utrera y tras el paso de la Asunción la banda de música Nuestra Señora de la Victoria de las Cigarreras de Sevilla.

 

   

 

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Fotos: Mariano Ruesga Osuna.