Los otros crucificados de Sevilla: El Cristo del Millón
Arte Sacro. Este Crucificado que corona el Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla, es de los más antiguos que se conservan en Sevilla junto al cristo del Subterráneo del Museo Bellas Artes y el de la Sangre de San Isidoro, realizados en el siglo XIV, aunque algunos situan su hechura en el siglo XIII.
Se aprecian en la talla suavidad de formas destacando la representación de la belleza por encima del sufrimiento, cuerpo arqueado fijado a la cruz arbórea provocando la dislocación de sus brazos y su forzada disposición de piernas y pies, su desnudez se cubre con largo sudario de complicados pliegues a modo de faldellín que desciende desde la cintura hasta por debajo de las rodillas y anudándose en su cadera derecha. Cabeza reclinada sobre hombro derecho y cabellos ondulantes con corta barba rizada, en su rostro expresa sentimientos de tristeza y serenidad.
Esta tipología lo hacen semejante a otras obras, como son el Cristo de la Vera cruz de Sevilla, el Yacente de Lebrija, que en sus orígenes fue un crucificado, o al Crucificado de la Iglesia de San Pedro de Sanlúcar la Mayor.
Aunque tiene otros nombres, el del Cristo del millón le viene de la leyenda milagrosa que ejercía sobre los fieles que lo contemplaban pues, a pesar de la altura a la cual está colocado, su postura parece que lo hace entablar conversación con los devotos que a Él suplican, superando el millón los milagros a esta imagen atribuidos.
Como rasgo de la escultura gótica, la Virgen y San Juan aparecen junto al Cristo, otras características de este tipo de crucificados es que los párpados están casi cerrados y los labios abiertos, siempre rodeando a la talla de un halo místico.
Fotos: Francisco Santiago