El Arzobispo Asenjo inauguró el Año Jubilar concedido a las Hermanas del Convento de Santa María de Jesús
Daniel García Acevedo. Ayer sábado, 11 de enero, dio comienzo el Año Jubilar concedido por el Papa Francisco I a la Orden de Hermanas pobres de Santa Clara del Monasterio de Santa María de Jesús, sito en la calle Águilas, por el 500 aniversario de su fundación.
El encargado de aperturar este Año Jubilar ha sido el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina que fue el encargado de abrir la Puerta Santa y presidir la eucarsitía de acción de gracias por ello.
La comitiva salió desde la puerta sita al lado de la calle Rodríguez Marín, llegado a la puerta del Monasterio, desde donde se leyó el Evangelio y el decreto de Roma por el cual se concedía el Año Jubilar. Tras esto, el arzobispo Asenjo dio los tres golpes a la puerta para que se abriera a toda la Diócesis.
El templo se llenó de fieles que ocuparon hasta el sitio de la clausura, tras la reja. Las hermanas ocuparon un sitio privilegiado cercano al altar mayor, en esta ocasión. Entre los invitados estuvieron el alcalde de Sevilla, el delegado de Fiestas Mayores, la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, la diputada nacional del PP Sol Cruz, el director de Fiestas Mayores y varios hermanos mayores y representantes de hermandades colaboradoras con este acto.
En la eucaristía intervino la coral polifónica “Jesús Despojado”, dirigida por Manuel García Negrete y el grupo de cámara “Santa Cecilia”, dirigido por Santiago Sampedro Márquez. Acompañó un nutrido cuerpo de acólitos, de la hermandad de la Sagrada Cena, con terno blanco y los librea pertenecientes a la hermandad de los Servitas, así como miembros de protocolo, juventudes de las hermandades de San Esteban y los Negritos y de la parroquia de San Bartolomé. El exorno floral estuvo a cargo de Manuel Azuaga y en la calle Águilas hubo unos reposteros pertenecientes al Área de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla.
Se leyeron las lecturas del libro de Isaias 42 1-4, 6-7 y de los Hechos de los Apóstoles 10, 34-38. El Salmo Responsorial fue el Salmo 28, 1b y 2.3ac-4. 3b y 9c-10. El Evangelio fue el de san Mateo 3, 13-17.
Al finalizar la santa misa se descubrió un azulejo conmemorativo del acto, en el interior de la clausura, a cargo igualmente por el arzobispo Asenjo Pelegrina, en presencia de los invitados antes mencionados y la Abadesa María Lucía Durán Morales.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.