Y me tocó ser ángel... (Fantasía desacostumbrada). Antonio Sánchez Carrasco
En la Ciudad de Sevilla. La de los binomios. La cainita, madre y madrastra, Ciudad de sombras y luces. Ciudad de la que desertarías amándola y la amarías desertando, a mi me tocó ser ángel.
La Ciudad de los sueños y de los sueños rotos. La Ciudad que te atrapa y te escupe, allí me tocó ser ángel. Donde podía haber sido bandera, pancarta, bicicleta, paloma, farola moderna o fernandina, metro centro o coche particular. A mi me toco ser ángel.
Adoquín de Gerena o asfalto modernito. Azaleas que cuelgan en primavera o plátano de sombra, amigo de los alérgicos, a mi me tocó ser ángel. Del Betis o del Sevilla, taurino o anti, cofrade o anti, serrín en el suelo o uniforme negro de gastro camarero, a mi me tocó ser ángel.
Y mira que podía haber sido cosas, mira que Sevilla da para bandos y asuntos, mira que en Sevilla de nada se hace noticia, de un rumor una certeza y de una vez se hace tradición, pues a mi me tocó ser ángel.
Hasta que llegó un fotógrafo y me puso un fondo y me convirtió en metáfora y justo cuando echaba de menos haber sido otra cosa, me sentí el centro de algo, algo efímero, y es que a veces es una suerte tener un destino menor para brillar aunque sea un instante en tu existencia y es que no se si lo he dicho, pero a mi me tocó ser ángel.
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.