SPQR. Vuelta al hogar. Antonio Sánchez Carrasco

Soy como el del Almendro, el volvía por Navidad al hogar y yo por Cuaresma. Y digo volvía porque este año el del Almendro como mucho ha llegado del territorio patrio, que desde más allá suponía cuarentenas y PCR que aún no eran anales, pero por lo que costaban en esas fechas daba igual por donde te metieran el palito, era más molesto en la cartera. Yo vuelvo sin haberme ido porque escribir o poner alguna foto en Arte Sacro es un ejercicio de sevillanía, y de volver entre amigos.

Iba a guardar las primeras letras para el miércoles que viene por ser el de ceniza pero no las he podido sujetar.

Estamos en unos días cruciales de la tercera ola de la Covid. Ola gestionada por todos nosotros como no podía ser de otra manera, yo recuerdo que la primera vez que fui culpable de algo fue de la guerra de Bosnia y desde entonces no he parado. Entiéndase la ironía en unos tiempos en los que mandamos cada día un tramo de penitentes en Andalucía con Caronte, pero es que lo que no haga el Covi lo va a terminar haciendo la enfermedad mental.

Asustado por una enfermedad que te puede arrancar de esta vida en menos que se persigna un cura hiperactivo, con cifras que asustan, sin poder abrazar a las querencias, sin trabajo, sin fondos, sin vida, si, sin vida porque por estas latitudes las relaciones sociales y la calle son nuestra vida. Y de repente llega el Ayuntamiento y el Consejo y empiezan a pensar en unos actos que dan esperanza, si Esperanza, aquello de volver a ser lo que fuimos. Y tu internamente sonríes porque ves un poco de sol entre tanto nublado,…, pues tampoco, estas equivocado.

A la ristra de ausencias debes de añadir que también esta mal pensar en exposiciones o conciertos. Te hacen sentir mal, como si estuvieras obviando el sufrimiento ajeno, como si no hubiera tenido que dejar de ver noticias por la ansiedad que te provocan, como si no se te hubieran saltado las lágrimas al ver las imágenes de las UCIS, como si no hubiera llorado la muerte de Carlos Morán..., además es algo implícito en esta Ciudad que quien piensa distinto a ti te mire con desdén y haga por hacerte sentir que vives tu vida de manera equivocada.

El otro día un Señor mayor despotricaba en la puerta de un bar en el Arenal

-Hombre pensar en una exposición con la que está cayendo y pa la Feria querrán hacer otra cosa y pal Rocío es que no tenemos conciencia.

-Si al final terminarás yendo- Le dijo el camarero

-Hombre habrá que ver como están puestas ¿no?. Pero vamos que podían haber esperado a que hubiera más vacunas.

-Es que pa lo tuyo no hay vacuna.

-¿Cómo?.

-Na que tengas cuidao con los coches paraos mañana te veo.

Con todo respeto y cariño sean bien venidos. Y resalto respeto porque el que no piense como yo también será bienvenido.

SPQR: Sevilla Patriaque rumores

Foto: Juan Alberto García Acevedo.