Jueves pastoreños. El Jubileo Circular de las Cuarentas Horas: 250 años de adoración eucarística (y II). Francisco Javier Segura Márquez
Durante largo tiempo, la Hermandad de la Pastora se encargó de atender ambos turnos (7-9 y 25-27 de agosto), perdiéndose su celebración combinada con el paso del tiempo. Aunque la Corporación debió abandonar la Iglesia de Santa Marina tras el incendio provocado de su fábrica en 1936, el Jubileo Circular no dejó de celebrarse nunca en la fecha del 7 al 9 de Agosto de cada año. Es sobre la segunda mitad del siglo XX, a propuesta del Director Espiritual de la Hdad., D. José Sebastián y Bandarán, se cambia la fecha del Jubileo, pasando la fecha de Agosto, a las Monjas Dominicas del Convento de Santa María de los Reyes y obteniendo nuestra Corporación, de la Real Congregación de Luz y Vela, el cambio del Jubileo a las jornadas pascuales del 22 al 24 de Mayo, en las que hoy día se mantiene. Hasta el año 2010 la celebración del Solemne Triduo se hizo coincidir en las jornadas más próximas a este Jubileo, resultando la Solemnidad de la Ascensión del Señor el Domingo en que de forma habitual tenía lugar la Fiesta Principal de Instituto.
El traslado del Triduo al mes de Septiembre a partir del año 2011, y la recuperación de la Solemne Novena a partir de 2017, han permitido redoblar los esfuerzos que en torno al Jubileo Circular venía realizando la Corporación. Por acuerdo de su Junta de Gobierno, se ha adoptado la decisión de celebrar todos los años, del 22 al 24 de Mayo, un Solemne Triduo a Jesús Sacramentado, haciendo patente la devoción al Santísimo Sacramento que nuestra Hermandad -heredera de la Archicofradía Sacramental de Santa Marina de hecho, más no por derecho diocesano- mantiene, profesa y fomenta entre sus miembros. En las imágenes que acompañan esta publicación, podemos contemplar los diferentes altares efímeros que se instalan en el presbiterio de la Capilla con motivo de dicho Triduo, hermosamente adornados con cera y flores blancas, que permiten centrar la atención en el Culto Eucarístico, que se practica con la oración matutina del Trisagio y el canto del Regina Coeli, así como con la ceremonia de la Liturgia de la Palabra cada una de las tres tardes en torno al Misterio Eucarístico.
Conscientes de la importancia de la adoración eucarística, en repetidas ocasiones se ha descendido la Imagen de la Divina Pastora para que el camarín, durante esos días, sea ocupado por el Trono Eucarístico con la custodia de plata, fechada a finales del siglo XVIII, con punzón de Guzmán, en el cual se manifiesta el Santísimo Sacramento. Empleando diferentes templetes o baldaquinos -cedidos por corporaciones como la Sacramental de San Juan de Aznalfarache o la Hermandad del Rosario, Patrona de Carrión de los Céspedes- se ha dado un mayor protagonismo al Señor en la custodia si se ha mantenido a la Divina Pastora en su camarín durante el Culto Sacramental, mostrando así la relevancia que en la vida de cualquier comunidad Católica debe tener la reverencia debida a Jesús en la Eucaristía, adorándole y orando por las intenciones de toda la Iglesia Universal.