Liturgia. Una bella tradición del Tiempo de Adviento en el olvido: Las misas Rorate. Jesús Luengo Mena
La misa Rorate es una misa votiva en honor a la Santísima Virgen, celebrada en el Adviento. Su nombre se refiere a las palabras del introito que empieza con las palabras: rorate caeli desuper (rocíen los cielos arriba) tomada de Isaías (45,8)[1]. Esta misa se caracteriza porque se celebra antes del amanecer y porque la iglesia permanece a oscuras, sólo iluminada por las velas del altar y por las que portan los fieles. La tradición era celebrarla durante los sábados de este tiempo litúrgico, tomando el formulario de la misa de sancta Maria in Sábato. En algunas partes incluso se solía celebrar no sólo los sábados, sino varios días de la semana o, incluso, todos los días de semana, también como misa votiva en honor de Nuestra Señora. El sacerdote lleva vestiduras blancas.
Durante la misa, junto al altar, se pone una vela adornada con una cinta blanca, que simboliza a María, mientras que los fieles llevan velas encendidas, que iluminan la oscuridad del templo y constituyen un símbolo de la esperanza a la llegada de Cristo.
Esas misas han caído en desuso en los últimos años en muchos lugares, pero en algunas naciones continúan celebrándose.
En la audiencia del 14 de diciembre de 2016, el papa Francisco se refirió a esas misas al señalar: El tiempo de Adviento es la ocasión particular para profundizar nuestra fe, para abrir nuestros corazones a las necesidades de los otros y para vivir mejor nuestra vocación cristiana. Para cumplir estos compromisos, los ayuden la oración cotidiana, la contemplación de la Palabra de Dios, la participación en la Misa matutina Rorate y los ejercicios espirituales de Adviento.
La particularidad de estas misas es que son celebradas poco antes del amanecer, porque el Adviento espiritualmente es la espera de la Luz que se hizo hombre y nació en Belén para dispersar las tinieblas.
Los fieles portan las velas, no solo para iluminar el lugar, sino como símbolo de que la unión de muchas luces individuales repele la oscuridad y las tinieblas. La luz que recibieron en su bautismo no la esconden, como dice Jesús en el Evangelio de San Mateo, sino que sirve para iluminar.
Al final de la Misa se empieza a ver el sol, que ya sube. Amanece un nuevo día, en símbolo que al final del Adviento recordaremos el Nacimiento del Sol que nace de lo alto, como llamó Zacarías a Jesús.
El papa Benedicto XVI recordaba que en el tiempo de Adviento, por la mañana temprano, se celebraban con gran solemnidad las misas Rorate en la iglesia aún a oscuras, sólo iluminada por la luz de las velas. La espera gozosa de la Navidad daba a aquellos días melancólicos un sello muy especial.
¿Se pueden celebrar Misas Rorate en la forma ordinaria? Sí, desde luego. No hay ninguna norma que prohíba celebrar la misa al amanecer, y sin encender luces. Tampoco hay una norma que proscriba a los fieles sostener velas durante la Eucaristía.
¿Cómo se celebraría una Misa Rorate en la forma ordinaria? Programándola al amanecer; no encendiendo las luces del templo; y pidiendo a los fieles que lleven velas encendidas. Se usaría el formulario del Común de Santa María Virgen propio del Adviento (OGMR 376). Y se usarían vestiduras litúrgicas blancas o moradas (OGMR 347)[2].
[1] Rorate, caeli, desuper, et nubes pluant justum, aperiatur terra, et germinet Salvatorem ( Cielos, destilad desde lo alto la justicia, | las nubes la derramen, | se abra la tierra y brote la salvación, | y con ella germine la justicia. | Yo, el Señor, lo he creado).
[2] Fuente: https://liturgiapapal.org/index.php/manual-de-liturgia/ritos-durante-el-a%C3%B1o/574-las-misas-rorate.html