Jueves pastoreños. Iconografía. Francisco Javier Segura Marquez

Algunas Imágenes de San Miguel Arcángel veneradas por la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina.

En la jornada del 29 de Septiembre, la Iglesia celebra la Fiesta de los Santos Arcángeles Rafael, Miguel y Gabriel, uniendo así las tres conmemoraciones en una sola. Pertenece la de este día, en su origen, al propio San Miguel, que es venerado de forma especial por esta Corporación desde sus inicios, cuando Fray Isidoro de Sevilla lo presenta como Mayoral Celestial del Rebaño de la Divina Pastora, quien “con su tajante espada defendió del león y redujo al Rebaño de su bellísima Pastora” a la oveja perdida, en palabras del propio fundador en su obra “La Pastora Coronada” (Capítulo I, número 8). 

 

Esa necesaria presencia del Arcángel San Miguel, en el entorno iconográfico de la Divina Pastora, hizo que la Hermandad gestionara desde el principio la posesión o empleo de un Imagen suya de mérito, ya fuera propia o cedida “ad casum”, para completar esta representación tridimensional. Tal como en el Lienzo Primitivo se presenta, habitualmente una Imagen de San Miguel se colocaba cerca de la Divina Pastora para trasponer de forma comprensible el programa iconográfico. 

Probablemente, ya desde la factura de su primer retablo se llevara a cabo una Imagen de San Miguel Arcángel, de la cual no conservamos testimonios fotográficos certeros. Sí podemos contemplar en la Imagen del risco de 1903 un San Miguel Arcángel, de tamaño casi natural, que ejerce su labor a la derecha de la Imagen Titular. Si fue ese o no el más antiguo que poseyera la Hermandad, no podemos afirmarlo, pero sí que se trataba de una interesante obra, con gallardía y barroca apostura, que venía a complementar de forma dignísima a la Imagen soberana de la Divina Pastora. 

 

La segunda Imagen de San Miguel que vino a formar parte de la iconografía procesional de la Hermandad, fue la del Titular de la Iglesia Parroquial del mismo nombre, sita en el entorno de la actual Plaza del Duque. Imagen principal del retablo mayor contratado por Francisco Dionisio de Ribas en 1675, pasó posteriormente al retablo realizado por Juan de Astorga en 1829, el cual resultó destruido, como el resto del templo, tras los sucesos revolucionarios de 1868. De allí, con la sede parroquial, recaló en la Real Iglesia de San Antonio Abad, donde tomó sede provisional la Parroquia hasta ser asumida su feligresía por la de San Andrés y San Martín.

De la Iglesia de San Miguel, donde tuvo su sede en los años de la Revolución Francesa la Real Maestranza de Caballería, tan unida a nuestra Corporación, fue trasladada en varias ocasiones para formar parte del cortejo, siendo la propia Maestranza la encargada de su adorno y acompañamiento. Así, en la lucida procesión de 1817 aparecía “la imagen de nuestro Protector y Mayoral, Señor San Miguel Arcángel…Delante, la música del Real Cuerpo de Maestranza”. Este acompañamiento del cuerpo noble vino a permanecer hasta los años centrales del siglo XIX cuando la presencia de la aristocracia vino a decrecer para tomar impulso la presencia de los artesanos y el propio barrio de Santa Marina, así como el entorno de la calle Feria.

 

De la Real Parroquia de Omnium Sanctorum, concretamente del espléndido conjunto de las andas procesionales de su Titular, la Reina de Todos los Santos, llegaba a Santa Marina al menos hasta los años anteriores a 1907, en que podemos fechar la siguiente foto, la magnífica escultura, del círculo de Hita del Castillo, al criterio de nuestro malogrado hermano don Juan Martínez Alcalde, que ocupa la delantera de las andas con su particular cimbreo que aumenta su efecto barroco de torsión y dinamismo. Ubicada igualmente en la delantera del paso, entre los candelabros y los diferentes niveles de monte en los que se encontraba ubicada la Divina Pastora, el rebaño y hasta un Niño Jesús, unido de forma accidental a la iconografía, destacaba por su valentía en la postura y actitud.

Vemos en la siguente imagen una representación de San Miguel bastante reconocible por todos, dado que se trata del que actualmente venera la Corporación. La dispersión del patrimonio de la Hermandad tras el incendio de Santa Marina en 1936 conllevó la carencia de una Imagen de San Miguel Arcángel que completara la iconografía de la Santísima Virgen en sus Cultos y andas procesionales.

 

Esta carencia se vino a remediar con la adaptación de uno de los antiguos ángeles coronantes, que figuraban en el camarín del retablo en Santa Marina simulando posar sobre las sienes de María Santísima una argéntea corona, también tristemente desaparecida. Su adaptación se vino a realizar, en 2007 por vez primera, para figurar sobre las andas procesionales representando al Arcángel, en los primeros años del mandato como Hermano Mayor de Don Gabriel Solís (2007-2009) como Hermano Mayor.

La antigua Imagen del ángel coronante, con sus brazos extendidos y gran oblicuidad, vino a ser hábilmente adaptada para San Miguel por el imaginero Juan Antonio Blanco Ramos, que repuso las partes perdidas y completó la iconografía con una peana en la que aparece el dragón al que San Miguel atraviesa con su lanza. Se completó su iconografía con los elementos metálicos necesarios (casco, escudo y lanza rematada en cruz) y desde entonces se ha venido colocando tanto en el paso como en el altar del Risco. Otras muchas ocasiones ha sido colocado en la Mesa de Juntas como Mayoral del Rebaño. Tiene retablo a modo de ménsula en la nave de la Epístola de la Capilla, junto al acceso al patio, que fue realizado por nuestro Hermano Mayor, don Andrés Martín Angulo.

Para completar la iconografía de la Divina Pastora durante sus Cultos y Besamanos, se han elegido en los últimos años varios conjuntos de “arcángeles esquineros” portados por diferentes imágenes en sus peanas procesionales, o bien representaciones individuales del Arcángel. Así, durante la última década ha acompañado a la Divina Pastora (lo vemos en la siguiente imagen) el arcángel San Miguel realizado en 1761 para el retablo mayor de la Capilla de la Carretería, que fue cedido en varias ocasiones por su Archicofradía para dicho fin, siendo posteriormente restaurado, para lucirse de forma continuada en el recinto de su recoleto templo en el barrio del Arenal.

 

Dentro de la categoría de los “arcángeles esquineros”, conjunto formado por San Miguel, San Gabriel, San Rafael y el Santo Ángel de la Guarda, se han podido contemplar en nuestros besamanos los arcángeles propiedad de la Hermandad Sacramental de Santiago Apóstol, de Castilleja de la Cuesta, realizados en la transición del siglo XIX al XX, cuyo San Miguel vemos junto a la Pastora en la siguiente instantánea. Son, todas ellas, simpáticas imágenes de vestir, que nos recuerdan a otro precioso conjunto que finalmente no pudo ser empleado en la capilla: hablamos del perteneciente a la Hermandad de la Salud de San Isidoro, que decidió sustituirlos por imágenes de talla completa realizadas por el escultor Fernando Aguado en 2005.

 

Otra Hermandad que ha tenido a bien cedernos sus arcángeles ha sido la de Nuestra Señora del Rosario Coronada, Reina y Patrona, de Carrión de los Céspedes, ofreciéndonos la oportunidad de acompañar a nuestra Bendita Titular con dichas obras de exquisita factura, atribuidas al círculo de Gabriel de Astorga en la segunda mitad del siglo XIX. Uno de ellos, como en el anterior conjunto, era el Arcángel San Miguel, al que vemos en la imagen alzando graciosamente su espada de fuego ante la blanquísima pluma de su casco, en romántica evocación de los uniformes de la guardia imperial romana.

Siempre el mismo empeño de la Hermandad: mostrar a sus hermanos y devotos el papel de San Miguel como Arcángel Protector y Mayoral del Rebaño. Aprovechamos para dar las gracias a todas las Hermandades e Instituciones que, a lo largo de los siglos, nos cedieron parte de su patrimonio para dicho fin didáctico. María Santísima, Pastora de nuestras Almas y Terror de los demonios, interceda por todos nosotros.