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Así ha quedado la restauración del retablo mayor de la capilla del Museo


Arte Sacro. Los trabajos de restauración del retablo mayor de la capilla del Museo han sido ejecutados entre mayo y agosto de 2023, en una actuación que se ha desarrollado gracias a la subvención concedida por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Historia

El retablo es una obra del siglo XIX, realizada tras la invasión francesa (1809-1812), momento en el que la Capilla del Museo es arrasada y expoliada, perdiéndose la mayor parte de los bienes muebles, altares, obras de arte, entre ellos, el cuadro de la Resurrección del Señor, obra de Murillo, incluso la propia solería. Tras la marcha de las tropas francesas, la Capilla es vuelta a adecuar como lugar de culto y sede de la Hermandad, momento en el que se encargó, a un autor desconocido a día de hoy, la realización del retablo.

Según la documentación conservada, su fecha de ejecución debe situarse poco antes de 1828, ya que consta en el archivo de la Hermandad que ese año un pintor llamado Juan de Lizasoaín cobró 280 reales por pintar, en perspectiva, el fondo del retablo del Altar del Cristo*, por lo que suponemos que éste debió ser montado en 1827, o en los primeros meses de 1828, ya que, el referido pintor, firmó recibo el día 10 de mayo de dicho año.

Tradicionalmente se ha señalado a Enriqueta Reina como autora de la pintura, fechándola en 1899 y con la participación de Virgilio Mattoni, siendo la primera artista la posible encargada de intervenir la obra original a causa de un posible deterioro, momento aprovechado para firmar la obra. En el caso de Mattoni, sus pinceladas no son apreciables en el paisaje por lo que, uniendo el análisis a la falta de documentación que mencione a este pintor, se podría concluir que su mano no modificó la obra en momento alguno. Este retablo, con su pintura de fondo, es el de estilo neoclásico que ha llegado hasta nosotros, si bien en la actualidad muy reformado. (P. 190 Azancot y *archivo Hdad, cuenta de cargo y data, 1828).

Aunque el retablo jamás ha abandonado el espacio que hoy ocupa, sí fue movido de lugar en 1986 al invertirse la orientación de la capilla, pasando de estar en el extremo noroeste de la misma, lugar que hoy es dominado por la Virgen Comendadora de la Merced (José Montes de Oca, h. 1735), a la zona suroeste, donde se encuentra actualmente presidiendo la capilla.

Descripción estilística

El retablo mayor, de estilo neoclásico, se encuentra dividido en tres calles, la central presenta una hornacina donde se da culto las Imágenes Titulares, enmarcadas por cuatro columnas de estilo compuesto, ornamentadas en su fuste con guirnaldas, en la parte superior, y roleos vegetales con motivos heráldicos en la inferior. Las cuatro son coronadas con pináculos dorados, al igual que las pilastras adosadas que aparecen en los laterales. La zona superior del retablo, identificable como ático, aunque su morfología neoclásica lo disimule, presenta el anagrama del nombre de Jesús (JHS) escrito en una suerte de resplandor de madera dorada que corona el conjunto. Esta parte central es la que pertenece al retablo original del siglo XIX. Las columnas, como se analiza anteriormente, se enriquecieron en el año 1964 y las tallas inferiores del banco son de Manuel Guzmán, quien las añadió en los años 90.

En cuanto a los laterales, las dos hornacinas que se observan a cada lado, colocadas verticalmente y coronadas por un arco de medio punto, es donde se albergan los cuatro Evangelistas atribuidos a Francisco Gijón, siendo también un añadido reciente, del año 1986, realizadas por Manuel Guzmán aprovechando el cambio de ubicación del retablo.

Intervención

Los trabajos han sido desarrollados por el equipo formado por Manuel Antonio Ruiz Berdejo y Antonio Díaz Arnido en la restauración, José María Rincón Calderón en la arquitectura y María Salud Elvás Iniesta y Rocío García Franco en la investigación y documentación histórica.

La intervención ejecutada ha devuelto al retablo su imagen original y ha recuperado las primitivas policromías de marmolizados. Los trabajos han consistido en:

- Investigación histórica y documentación gráfica.

- Limpieza de suciedad superficial.

- Eliminación de elementos no originales (elementos metálicos, instalación eléctrica...).

- Consolidación del soporte.

- Limpieza química/ mecánica.

- Eliminación de repintes y estratos no originales.

- Restitución volumétrica del soporte.

- Estucado (y enrasado).

- Reintegración cromática de lagunas de color.

- Policromía de calles laterales (obra contemporánea), homologación estética con la calle central original.

- Protección final.

Igualmente, se ha llevado a cabo una nueva instalación de iluminación monumental para el Retablo Mayor y toda la Capilla, que resalta los valores formales y estéticos rescatados en la restauración, de manera compatible con su adecuada conservación. Se ha diseñado un sistema que no afecte a la conservación de las imágenes, controlando especialmente para ello los componentes espectrales más dañinos de la luz (ultravioletas e infrarrojos) y cuidando singularmente la reproducción fiel de los colores y cromatismos recuperados del Retablo y las Sagradas Imágenes Titulares. Del mismo modo, se ha acentuado la iluminación del artesonado y del resto de la arquitectura de la Capilla, con el objetivo de destacar sus valores patrimoniales y favorecer un marco adecuado para su contemplación, la oración y la liturgia.

Fotos: Hdad. / Díaz Arnido.









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