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Provincia. Cantillana coronó a su augusta Patrona, Nuestra Señora de la Soledad


Manuel Pinto Montero. Cantillana ha vuelto a escribir con letras de oro en la historia de su devoción mariana dejando momentos para el recuerdo en una tarde y noche primaveral junto a su excelsa y venerada Patrona, la Santísima Virgen de la Soledad.  Desde que el pasado 15 de octubre de 2022 se anunciara la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Soledad el pueblo de Cantillana ha preparado con mimo todos los actos y cultos en torno a su Patrona.

El 25 de mayo Cantillana despertó con su mirada puesta en la explanada del Santuario de su Patrona donde los últimos detalles se colocaban mientras en el interior del Templo aguardaba la Virgen de la Soledad que en unas horas recibiría el amor y la fe de todo un pueblo en forma de corona. La Avenida de la Virgen de la Soledad se convertía en la arteria principal que nos llevaba hasta el corazón de la fe de Cantillana, numerosos fieles recorrían sus metros para postrarse a las plantas de la augusta Patrona.

Las Hermandades invitadas poco a poco se acercaban al Santuario y contemplaban una bella estampa de la Virgen de la Soledad entronizaba en su magnífico palio esperando que el reloj marcara las ocho de la tarde. Unos minutos antes el Arzobispo de Sevilla se postraba a las plantas de la Santísima Virgen junto al Párroco y el Hermano Mayor. A las ocho de la tarde los costaleros elevaron el paso para trasladar a la Santísima Virgen hasta el altar colocado a los puertas del Santuario.

Con aplausos era recibida la Virgen de la Soledad junto con el repicar de sus campanas que la saludaban en este glorioso día. El Señor Arzobispo quiso acercarse aún más a la Santísima Virgen, y como es tradicional la contempló bajo su palio. Antes de comenzar el Pontifical, y con una explanada completamente llena, se rezaba el Santo Rosario por un fraile franciscano vecino de la Villa de Cantillana.

Pasaban unos minutos de las ocho y media y se iniciaba la Misa Pontifical bajo la atenta mirada del pueblo de Cantillana. Numerosos sacerdotes acompañaron a la Hermandad cantillanera en este día de la Coronación Canónica de su Patrona, una fecha elegida en la Solemnidad Litúrgica de la Santísima Trinidad, leyéndose en la fachada del Santuario como Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo coronan a Nuestra Señora de la Soledad.

El sol doraba el bello altar cuando el Hermano Mayor y la Alcaldesa de la Villa, en representación del Ayuntamiento de Cantillana, que ha sido elegido Padrino de la Coronación, acercaban la Corona al Señor Arzobispo que bendecía la hermosa presea. El corazón de Cantillana vibrada cuando llegaba el momento esperado durante tanto tiempo. El Excelentísimo y Reverendísimo Señor D. José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo Metropolitano de Sevilla imponía la corona sobre la excelsa Patrona Canónica y Alcaldesa Mayor Perpetua de la Villa de Cantillana, Nuestra Señora de la Soledad, cuando el reloj marcaba las 21,18 minutos y las campanas de la Villa repicaban con gozo mientras el pueblo se rendía a las plantas de la Santísima Virgen entre aplausos y vivas.

La presea de la Coronación es la realizada por Palomino a comienzos del siglo XIX. Es una de las joyas más preciadas por la Hermandad que ha sido restaurada y enriquecida por el joyero cordobés Manuel Valera con el oro de todos los cantillaneros.

Nuestra Señora de la Soledad Coronada es una de las dolorosas andaluza más antiguas fechada en el siglo XVI, en concreto en 1583, siendo obra de Juan de Santamaría. Goza de gran fervor en su pueblo que la nombró Patrona en el año 1919 y que fue ratificado por su santidad el Papa Francisco en 2019 como Patrona apud Deum de Cantillana. La Santísima Virgen posee el Bastón de Mando que la nombra Alcaldesa de la Villa de Cantillana desde el 17 de diciembre de 2005 y la Medalla de Oro de la Villa impuesta el 1 de mayo de 1996.

A las diez de la noche finalizaba la Solemne Eucaristía y se iniciaba los preparativos de la Triunfal Procesión de Nuestra Señora de la Soledad Coronada. Largo cortejo de Hermandades invitadas de toda Andalucía junto a las locales y las mujeres de mantilla que ocupaban toda la explanada del Santuario. La Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal abría el cortejo por una Avenida de la Virgen de la Soledad llena de fieles que la esperaban impaciente. A las once menos diez Monseñor Saiz Meneses tocaba el llamador y se iniciaba la gloriosa procesión mientras un castillo de fuegos artificiales enmarcaba el momento cuando la Virgen de la Soledad abandonaba el Altar efímero y se rodeaba de sus devotos.

La Banda de la Soledad de Cantillana puso sus sones tras el paso de palio. La marcha Augusta Patrona Coronada sonaba cuando la Virgen encaraba la Avenida que lleva su nombre. La Santísima Virgen de la Soledad procesiona en un bello paso de palio con bordados de Juan Manuel Rodríguez Ojeda del año 1898, adquiridos a la Hermandad sevillana de Los Panaderos. El hermoso exorno floral embellecieron aún más si se puede el trono de la Patrona de Cantillana. Gran variedad de tonos y flores compusieron el exorno que recibía halagos a su paso.

No faltaron cohetes y fuegos artificiales a lo largo de la Avenida de la Soledad o la Avenida de Andalucía donde la esperaban sus vecinos. La calle Nuestro Padre Jesús la recibía cuando ya todo el cortejo aguardaba a las puertas del Ayuntamiento pasada la media noche. Con Reina de Triana se adentraba  en la Plaza donde era recibida por las Hermandades y Corporación Municipal. La saetera Ana Consolación García y alumnos de la Escuela de Saeta Ciudad de Utrera le rezaban cantando una plegaria entre las emociones de sus vecinos. La Alcaldesa dirigió unas palabras al pueblo de Cantillana recordando los lazos de unión de la Villa con su Patrona. Entregó un ramo de flores en nombre del pueblo de Cantillana que se colocó a las plantas de la Santísima Virgen.

La procesión oficial finalizaba y el pueblo se hacía con su Patrona. Atrás dejaba el Ayuntamiento mientras sonaba María Soledad y Augusta Patrona Coronada antes de que la Agrupación Musical de Santa María Magdalena la acompañase en su triunfal paseo por la calle Nuestro Padre Jesús y la Plaza del Llano. Con marchas tan populares como Virgen de las Angustias, Amor de Dios o Pasan los Campanilleros llegaba a las puertas de la Ermita de San Bartolomé donde la recibían las Hermandades de Padre Jesús y la Virgen del Consuelo.

Cercana la una y media de la madrugada se adentraba en la calle Real que la esperaba engalanada. En este punto se rezó por sevillanas y los primeros pétalos blancos cayeron sobre su palio. Con Encarnación Coronada y el rezo de la Salve por todo el pueblo de Cantillana buscaba la calle Antonio Machado que la recibió con un castillo de fuegos artificiales. En varios puntos se le rezó cantando sevillanas o fandangos en una noche de ensueño para Cantillana.

La Virgen de la Soledad buscaba la Alameda rememorando estampas de tiempos pasados mientras tras cruzar la calle Real subía la emblemática Cuesta del Reloj al filo de las cinco de la mañana. La Banda de la Soledad no paraba de interpretar marchas mientras un gentío antecedía al palio de la Soledad mientras subía la cuesta cantillanera. La torre de la Asunción se asomaba para contemplarla coronada y repicar de gozo al tenerla a sus pies. Fuegos artificiales que inundaban el cielo de Cantillana cuando la Virgen de la Soledad se adentraba en el Templo de la Asunción a las seis menos cuarto de la madrugada.

Las naves del antiguo Templo la cobijarán durante una semana antes de regresar a su Santuario. El próximo domingo, Solemnidad de Corpus Christi, la Virgen de la Soledad formará parte del Cortejo Eucarístico de la Procesión del Corpus Christi y regresará triunfal de gloria a su Santuario la tarde del domingo. Serán momentos imborrables para la fe y devoción mariana de un pueblo que ha sabido guardar con mimo el amor a la Madre de Dios que en Cantillana lleva el nombre de Nuestra Señora de la Soledad Coronada.

PREVIOS Y TRASLADO AL ALTAR DE CORONACIÓN

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MISA PONTIFICAL Y CORONACIÓN CANÓNICA 

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PROCESIÓN TRIUNFAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD CORONADA

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Fotos: Manuel Pinto Montero. 










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