Escuela de Rapsodas. Serafín Medialuna Candau
Día a día y desde diferentes ámbitos, tanto religiosos como culturales y sociales, está cobrando vitalidad la celebración de actos de diversos estilos literarios como pregones, exaltaciones poéticas, juegos florales e incluso, ya desde la esfera más íntima de las propias hermandades, en forma de meditaciones y salutaciones.
Ante ello un grupo de cofrades, críticos con la escasa calidad con la que a veces están construidas estas piezas literarias que por otra parte, además de su belleza poética, pueden ser un instrumento válido desde el punto de vista devocional y de evangelización, han decidido formalizar una escuela de aprendizaje para una serie de aspirantes, sobre todo jóvenes, que busquen una formación básica en un principio y especializada en un posterior curso, que les capacite y permita afrontar su papel de pregoneros con información y destreza, centrando el objetivo principal de estos cursos en las habilidades de comunicación en público.
Esta formación incluiría una serie de áreas que, según inciden los promotores de esta escuela, contemplan técnicas de expresión no verbal y declamación poética, junto con otras destrezas que faciliten la expresión y la locución, con el objetivo principal de usar una correcta dicción para hablar en público y conectar con cualquier tipo de audiencia.
Según la información que hemos recibido en este portal, eminentemente cofrade, por parte de una comisión que está elaborando los estatutos y la viabilidad de esta brillante iniciativa, ya se han producido los primeros contactos con miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías y responsables de la Autoridad Eclesiástica correspondiente y en ambos estamentos, tanto el civil como el religioso, ha sido bien acogido este proyecto. Es aún incipiente, pero ira formalizándose en corto espacio de tiempo con gran ilusión y se contempla como totalmente factible en su realización y puesta en marcha, ya que siempre conllevaría un beneficio y un aumento referente a la calidad y formación en estas nuevas técnicas de comunicación totalmente necesarias en el mundo actual, al cual nunca pueden ser ajenas nuestras cofradías.
El máximo responsable de este proyecto de escuela de pregoneros y exaltadores nos manifiesta que por el momento quiere permanecer en la sombra pues piensa, y creo que no le falta razón, que el excesivo protagonismo personal de muchos cofrades y no tan cofrades que usan las hermandades y cofradías como catapulta para lograr notoriedad y cierto prestigio en la sociedad sevillana, sería negativo para que este proyecto ilusionante y totalmente necesario llegara a buen puerto.
También dicho responsable del proyecto enfatiza el agradecimiento a varios hermanos mayores, que al conocer esta iniciativa no han dudado desde el primer momento en darle su apoyo y ofrecer las instalaciones de sus diferentes casas de hermandad gratuitamente para impartir la docencia, en forma de clases o seminarios.
Estos cursos teóricos, pero también con prácticas referentes a las diferentes tipologías de pregones y otras oratorias, sería de capital interés y estará muy bien recibido por esa entusiasta “juventud cofrade” que en sus sueños o quizás afición y valía se interesan por este tipo de oratoria.
Un factor que se tendrá en cuenta en los cursos será la formación cristiana católica, que iría paralela a la formación de tipo intelectual y artística, ya que, al ser gestionados en el ámbito de las propias hermandades como instituciones eminentemente religiosas supervisadas por la autoridad eclesiástica, la vida moral y de relación de los alumnos debe ajustarse a las normas y comportamiento de todo cristiano católico y practicante.
Incidimos y hacemos hincapié en este punto, pues “la idoneidad” que ya exigen las nuevas normas diocesanas para el Pregón Magno, se extenderá poco a poco a otras manifestaciones de este tipo que se realicen, en sedes parroquiales o dependencias propias de las cofradías que las organizan. Es totalmente lógica esta formación espiritual ya que, incluso aunque estos actos se realicen en entidades sociales o culturales, nunca debemos olvidar que estos “Heraldos” de nuestra Semana Santa, además de las actitudes y conocimientos tanto técnicos como artísticos adquiridos en el curso, tienen o deben desempeñar un rol de tipo evangelizador y devocional en su disertación; no olvidemos que el sentido de esta comunicación viene de considerar el factor artístico junto con el religioso.
