Cenizas de Galicia. Francisco Santiago

Los que me conocen saben que siempre que puedo, mis vacaciones de verano comparten tiempo en tierras gallegas, donde desde hace algunos años comparto amistades, devociones marineras, descanso y sonidos cercanos a las agrupaciones musicales.

Este año, aunque la zona donde me encontraba estuvo ajena a los incendios forestales, si que algunos de ellos pudieron ser visibles desde nuestra situación en el norte de La Coruña. Nadie sabe la tremenda tristeza que supone lo que ha acontecido este año 2006 en el noroeste de España.

Galicia es la tierra verde, de los bosques que se hacen murallas frente al mar, de territorios donde la maleza, el silencio y las tradiciones ancestrales se hacen una. Por desgracia, como ocurre en muchas de nuestras hermandades, el enemigo está dentro y a veces el daño causado intencionadamente sobrepasa los animos personales por los que fueron cometidos los actos.

Este año 2006 Galicia ha llorado a sus muchos montes calvarios, calcinados sin sentido y con una difícil resurrección que, de producirse, tarderá décadas en volver a ser lo que, hasta hace varios días, era el Paraiso.

Fotos: Vistas desde Oleiros (A Coruña) / Francisco Santiago