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El análisis de la evolución de la campaña política de Carlos Navarro Antolín


LOS PRIMEROS CODAZOS DE LA CARRERA

No arranca una semana fácil para el PSOE. En este partido se esfuerzan en dar una imagen de tranquilidad tras la repentina vuelta de tuerca que le han dado a la campaña electoral el PP y el PA con las denuncias sobre la financiación de la Mezquita de los Bermejales y el polémico fax de 2002 sobre el caso de las facturas falsas. Han sido los primeros grandes codazos de la carrera electoral cuando se intuye la meta del 27-M. Y habrá más. El PA anuncia que se ha abonado al estilo directo y que seguirá metiendo el pie en el área. Y el PP asegura que dispone de más artillería, aunque “no necesariamente de temas de corrupción”. En el PSOE analizan estos nuevos tiempos: “El cambio de estrategia del PP responde fielmente a la teoría del paracaidista: primero se tiraron, haciendo una campaña con un estilo que creían que les iba a dar un buen resultado, después empezaron a abrir el paracaídas, y cuando quedan cien metros pretenden tirar de la anilla de emergencia, es decir, cambiar de estilo totalmente, una vez que han visto que ninguna encuesta les da como ganador y que hasta algunos medios de comunicación que ellos consideran afines han censurado el estilo de su candidato. No hay más misterios”.

A los tribunales

Los codazos conducen a la judicialización de la campaña. El mismo dirigente socialista advierte: “Cada denuncia la vamos a llevar al juzgado y punto. Nosotros no tenemos nada ni nadie que esconder”. El intento del PSOE por maquillar los golpes contrastaba ayer con la imagen de euforia contenida del PA. Los andalucistas niegan que le hayan dado a conciencia una vuelta de tuerca a su forma de concebir la campaña: “Nosotros nos limitamos a seguir fieles a nuestro estilo desde hace meses, a seguir ofreciéndole a la opinión pública la información que consideremos grave sobre cualquier asunto de interés general. Será el PP, en todo caso, el que ha cambiado de estilo”. Y también hacen su particular advertencia para todos los públicos: “Vamos a seguir en la misma línea, con el lenguaje directo que entienden bien los ciudadanos”.

Como la política no se entendería sin un buen catálogo de adjetivos, cuantas más denuncias de cierto impacto formula la oposición, más endurece su oratoria el gobierno. En el PSOE calificaron ayer el discurso del candidato Zoido de “marrullero, falso, nervioso y bochornoso”. Y justificaban el repertorio: “¡Cómo si no se entiende que saquen ahora un papel del año 2002! No hay intención de saber la verdad, sino de provocar un desgaste electoral. ¡Han tenido congelado seis años este papel! Sólo lo han hecho para enmarañar”. Y, cómo no, los socialistas se defienden también atacando a la figura del propio candidato del PP: “Zoido no ha cumplido su palabra de hacer una campaña limpia. Y no lo hace por la teoría del paracaídas, está cambiando de estilo a la desesperada, buscando la anilla de emergencia. Es bochornoso que desde que es candidato esté cobrando como consejero de la RTVA sin acudir a los consejos”. Y un recado también para el PA: “Un partido que quiere gobernar no puede actuar como lo hace Agustín Villar , que ahora opta por una descarada radicalización del discurso”.

El cara a cara televisivo de los primeros espadas del PSOE y del PP ha sido decisivo en esta vuelta de tuerca de la campaña. El PSOE hace balance a su forma: “Los medios de comunicación, que basan su juicio en la agresividad de los candidatos en el plató, dicen que ha ganado Zoido. Pero los ciudadanos saben distinguir. Si alguien viniera de Marte y viera a los dos participantes, tendría claro quién es el alcalde, Alfredo, y quién representa a la oposición, con sólo ver las formas de hablar”.

El PP y su estrategia

En el PP niegan que Zoido apostara premeditadamente en el segundo encuentro televisivo por un estilo más directo, por un  perfil que no recordara tanto a su etapa como delegado del Gobierno y por un discurso alejado del buenismo, basado más en el Mire usted directo y combativo de los célebres debates de 1996 entre González y Aznar que en el dedo levantado ingenuamente para pedir el turno de palabra, tal como hizo en el encuentro a cuatro bandas en La 2 de TVE. En el PP apuntan a que se trata, simplemente, de una cuestión de simples percepciones: “Lo que ocurre es que han sido debates distintos. Nosotros partimos de una programación. No es lo mismo cuatro participantes que sólo dos. El PA hizo el desgaste en el primer debate, lo cual era lógico porque no les quedaba otra. Nosotros sabíamos que tendríamos otro debate cara a cara. Y_era en ese segundo encuentro donde había que dejar bien claro quién iba a ser alcalde y quién no y por qué”. Y un pequeño ajuste de cuentas:_“¿No decían que estábamos desinflados? Pues que Santa Lucía les conserve la vista. En el PSOE se creían que se iban a ir de rositas y riéndose de los demás”.

Nota: Publicado en Diario de Sevilla el miércoles 16 de mayo de 2007.









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