Consolatrix Aflictorum. Hermanos Viretti.

Una tarde lluviosa de lágrimas con ver a la Consuelo de los afligidos bajo los sones de una música sacra en lo más fúnebre de las cúpulas de la Inmaculada Concepción.

Nuestra mente también está puesta en la patrona de la Calzá por el gran temor a la lluvia; una lluvia bendita en los ojos de una madre que sacia la sed del redentor del mundo.

Una lluvia clara color azul cielo que nos bendice con su mirada.

Puñal de dolor por sus hijos y Reina de un barrio que nunca la abandona.

Madre, sed el consuelo del mundo que perdona nuestros pecados, sed nuestra luz que nos guía por buen camino, sed mi fe entre los que me rodean, sed la alegría cuando estamos en las tinieblas, sed la paz cuando estamos en guerra, sed nuestra salud cuando la enfermedad me lleve junto a ti Madre y Señora de Nervion; por ti mi alma encomiendo en un destino que todos esperan bajo tu bendito manto color esperanza; la gloria de ser recibido como hermano en Cristo e hijo tuyo.

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