Provincia. La Virgen del Rosario cerró el Año de la Fe en La Puebla del Río

Manuel Pinto Montero. La localidad aljarafeña de La Puebla del Río culminó el Año de la Fe con la gloriosa y extraordinaria procesión de Nuestra Señora del Rosario, que regresaba a la Iglesia Parroquial desde la Casa de la Hermandad del Rocío cercana a la Capilla del Corpus Christi. La escasa altura del dintel de la Capilla hizo que la procesión se iniciara desde ese enclave rociero.

Fue el pasado 12 de octubre cuando la Virgen del Rosario llegaba a la Capilla del Corpus Christi sobre las andas de la Virgen de los Dolores de La Puebla del Río. La imagen de la Virgen procesionó por última vez en el año 2010, en una procesión que se estableció con un periodo trianual. Ayer sábado, 23 de noviembre, en vísperas de culminar el Año de la Fe, procesionaba de nuevo la Santísima Virgen.

La bellísima imagen de la Virgen del Rosario, de autor anónimo y fechada en el siglo XVIII, procesionó sobre el paso de la Santísima Virgen de los Dolores de La Puebla del Río, con la peana de plata de la dolorosa, así como parte de la candelería. En las esquinas el paso estuvo alumbrado por cuatro candelabros de guardabrisas de la Hermandad de la Virgen de la Granada. El paso estuvo exornado por flores blancas.

Nuestra Señora del Rosario lució saya blanca bordada, cedida por la Hermandad Servita de La Puebla del Río, y manto liso de terciopelo rojo. Sobre sus sienes corona de oro. En la mano izquierda sostuvo al Santísimo Niño, mientras que en la mano derecha portó cetro de plata y un ramillete de flores. La imagen quedó enmarcada en ráfaga de oro cedida para tan magna ocasión.

El cortejo que acompañó a la Santísima Virgen estuvo compuesto por las Hermandades locales, como son la Hermandad de la Granada, la Hermandad del Rocío, la Hermandad Servita y la Hermandad Sacramental. Tras la Virgen del Rosario acompañó en el terreno musical la Banda Municipal de La Puebla del Río.

Muchos fueron los devotos que quisieron acompañar  a Nuestra Señora del Rosario hasta la Iglesia Parroquial viviéndose momentos emotivos, como el paso de la procesión por la llamada Cuesta Colorá donde los costaleros portaron con gran mimo a la Santísima Virgen. La Fe y la devoción ante una antigua Hermandad del Rosario se unieron en una fría tarde del otoño cigarrero.

Fotos: Manuel Pinto Montero.