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Desde el punto de vista plástico, y analizado
como crítico de arte, el Domingo de Ramos tiene para Rafael Muñoz
unas características muy especiales: el reencuentro con una de las
figuras más importantes que ha dado la escultura religiosa sevillana
en la última centuria, Luis Ortega Brú.
El cómo lleva su drama y su tormento hasta la escultura es un detalle jamás visto en la historia del arte religioso de nuestra tierra, tan sólo el cordobés Juan de Mesa, "el imaginero del dolor", se le puede comparar. Un proceso político que estuvo a punto de llevarlo a los campos de concentración y una vida angustiada por su manera de ser, le lleva a crear esa genial "terribilitá miguelangelesca" que posee el grupo escultórico de la Sagrada Cena.
Si tuviésemos que reflejar la personalidad tan desconcertante de
ortega en alguna de sus obras, ésta de la Iglesia de los terceros,
por su potencial expresionista, es única e irrepetible.
Textos de Rafael Muñoz del Programa de Radio Voz "La Voz de la Semana Santa" |
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