Arte Sacro
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Relatos Salvajes. Mi última Madrugá de las de siempre. Francisco Santiago


Fue en el año 2005 el último en el que me decidí a vivir una Madrugá de las de siempre, concretamente hace 10 años de esta última y, entonces, hacía 5 de la fatídica del 2000.

Mi última completa fue realmente en el año 2008, pero esa no puntúa al vivirla íntegramente dentro del recinto de La Campana, una especie de fortificación al estilo Minas Tirith si la comparáramos con el ficticio Reino de Gondor de Tolkien (El Señor de los Anillos).

En el 2005 vivía mi segunda Semana Santa con la denominación “Arte Sacro”, por entonces casi era yo sólo el encargado de la sección fotográfica del portal y, echándole valor, partí desde la zona de Pio XII hacia el centro histórico sobre las 03:00 horas.

Mi primer horror fue la calle Enladrillada, donde turbas al estilo “The Walking Dead” intentaban mantenerse en pie sin apenas respuestas de sus cuerpos, seres que ya no distinguían donde estaba el horizonte y donde terminaba el suelo que pisaban.

Llegando a la altura de San Román, escuchaba música y veía un coche al final de la calle, junto a la iglesia. Pensaba que pasaban por allí los Gitanos y que no podían pasar… Pero nada más lejos de la realidad, Estaban haciendo una botellona junto a la parroquia y el coche era el bar-discoteca… Como pude pasé entre los consumidores de todo lo que puedan imaginar.

Mi transcurrir desde dicho lugar hasta el cruce de Imagen con Cuna no fue mucho mejor, pues nadie de los que pasó cerca de mi (en grupos de 2 o de 30), ni venía de ver cofradías ni tenía intenciones buenas para lo que significaba esa noche. Por fin llegué a la altura del Pasaje Villasís y el ver otro ambiente y el paso de la Hermandad del Silencio desde Cuna hacia Orfila, me tranquilizó.

Me prometí que nunca más volvería a ir a esas horas a ver las cofradías de la Madrugá y, no sólo lo he cumplido (últimamente salgo con el amanecer), sino que esta última simplemente no he salido.

Esta es una vivencia personal y particular, pero cuando la he comentado con muchos otros conocidos de este submundo cofradiero, todos hemos determinado que “NO VALE LA PENA” arriesgar nuestra seguridad y la de nuestra familia para ver a gente gritar, beber, pelearse y montar gresca en el entorno donde, antes o después, van a pasar o están pasando nazarenos.

Todos los años nos echamos las manos a la cabeza por una u otra causa, pero no es ya sólo la Madrugá, todos los días de estas “8 jornadas de Pasión”, el 90 por ciento de los que están “ahí” lo hacen por millones de motivos, pero ninguno tiene que ver con la Pasión, Muerte o Resurrección de Nuestro Señor, ni siquiera por respetar una tradición que deberían haber heredado de sus ancestros.

Y si quieren otro día seguimos con lo mismo pero… ¿Para qué? ¿Creen ustedes que alguien va a hacer algo por cambiar esta botellona, sambódromo o como quieran llamarlo? Mordor ya ve La Campana desde su Torre Pelli y los ejércitos de Sauron ya nos han rodeado… Solo les queda asaltar la Carrera Oficial.

Tiempo al Tiempo...

Foto: Francisco Santiago










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