Arte Sacro
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Gracias, Sevilla. Desde el corazón de Santa Teresa.


Es el sentimiento que brota desde el corazón. Lo buscaban por entre las naves: “¿Dónde estás?”. No cesan los fieles que cada día, cada hora, se acercaban para contemplar el misterio de una mirada. Todo se concentra en un cruce: Cristo mira a Santa Teresa. No hay más, lo demás es todo secundario. Es lo que los fieles de esta casa del Santo Ángel, que es de toda Sevilla, han vivido estos días ante el misterio de la Conversión de Santa Teresa.

“Ante esa mirada de Cristo, ¿quién es tan duro de no convertirse?”, nos decía una emocionada y sencilla mujer. Un día de la cuaresma de 1554, Teresa de Cepeda y Ahumada entraba en su celda del Monasterio abulense de La Encarnación, y se encontró con “una Imagen de Cristo muy llagado”, y cambió su corazón, a partir de ese momento ya su nombre se escribiría en mayúsculas: SANTA TERESA DE JESÚS. Ya sería sola para Él, sin titubeos, sin medias palabras.

Es lo que esta comunidad de Carmelitas Descalzos del Santo Ángel, que pasa su vida de cada día y de sus más de 425 años de historia en la ciudad, perdonando los pecados en nombre de Aquel que mira con misericordia, ha querido resaltar de la vida de una de las santas más grandes de la Iglesia: Si te dejas atrapar por la mirada del Nazareno, tu vida será de otra manera. Por eso el ángel llevaba en su mano el lema de esta historia: “No os pido más que le miréis”.

No miremos otras cosas, no nos quedemos en los envoltorios, que siempre serán imperfectos. Quien se ha quedado en el exterior, se ha perdido el centro, no ha mirado a Cristo. Todo estaba preparado para encontrarse con su mirada. Lástima perderse esta oportunidad. Resuenan las palabras del Maestro: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”.

Los fieles y la gente de sencillo corazón están acostumbrados en el Santo Ángel a ver a Cristo con el rostro que Montañés le dejó en el Sagrario; a María, en las gubias de Roldán, Duque Cornejo o Cristóbal Ramos. Hechos a tanta belleza, han entrado en la creación salida de las manos de Romero Zafra, cordobés y de fuera, como Montañés y Mesa, pero patrimonio de todos los creyentes sin fronteras.

Por ello, a los miles de sevillanos y de otros lugares que se han acercado hasta el Santo Ángel, a su casa:

A todos los que se han emocionado buscando el brillo de los ojos de este Divino Cordero…

A todos los que lo han buscado entre los arcos y las capillas de la Iglesia…

A todos los que nos han venido a confesarse después de verlo sin poder contener su sincero arrepentimiento…

A todos los que nos han pedido una oración…

A todos los que han orado por las calles acompañándolo, buscando su mirada…

A todos los que tanto han trabajado por hacer posible esta mirada…

A todos: GRACIAS.

Los Carmelitas Descalzos del Santo Ángel

Fotos: Fco. Javier Montiel y Francisco Santiago.










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