Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • lunes, 29 de abril de 2024
  • faltan 349 días para el Domingo de Ramos

Provincia. La Santísima Virgen derramó su Gracia por las calles de Carmona en una multitudinaria y extraordinaria procesión


Manuel Pinto Montero. A penas había amanecido en la ciudad de Carmona cuando sus viejas calles eran senderos que conducían a la Prioral de Santa María, calles por las que numerosos devotos transitaban buscando la Gracia de la Santísima Virgen María. Era un día especial y eso podía palparse en el ambiente, en sus calles engalanadas y en los rostros emocionados de los vecinos de Carmona. Una emoción que rompió en lágrimas y vivas cuando el reloj marcaba las nueve y cuarenta y dos minutos de la mañana, momento en el que el clero se adueñaba de las andas de la Virgen de Gracia y sobre sus hombros iniciaban una extraordinaria procesión por numerosos rincones de una ciudad entregada a su Patrona. Minutos después el templete de plata que cobija a la venerada imagen de Santa María de Gracia Coronada atravesada la puerta del Sol donde todo un pueblo la recibía en la calle San Ildefonso. Los sones de la Banda de música El Arrabal de Carmona, el repicar de las campanas, los aplausos y ovaciones se fundían para honrar a la Santísima Virgen de Gracia.

A penas unos metros dura el recorrido oficial de la procesión, donde forman un largo cortejo las Hermandades, las asociaciones, los religiosos y la corporación municipal junto al Pendón de la Ciudad que se encontraba tras las andas de la Virgen. Como es tradicional el primer lugar que visita en su gloriosa procesión es el Convento de las Descalzas donde el clero aún la porta sobre sus hombros, siendo en este Convento donde es entregada a su pueblo que la llevará en volandas por las calles de Carmona.

A las diez de la mañana Carmona con su Virgen en los hombros abandonaba el Convento de las Descalzas y se dirigía hacia el barrio de San Blas cuando aún la torre de Santa María contemplaba el momento de fervor y devoción de un pueblo. Ya la banda de música se había marchado y ahora eran los rezos de los fieles el sonido que envolvía la procesión, aunque a la salida del Convento la Banda que lleva el nombre de la Virgen quiso rendirle honores con sus sones. La Virgen de Gracia fue buscando el Templo de San Blas por calles estrechas que engalanadas la esperaban. Gran esfuerzo tuvieron que hacer para salvar los flecos de papel que decoraban las calles para que no rozasen el templete de la Virgen. Pasaban unos minutos de las diez y media de la mañana cuando la torre de San Blas repicaba de alegría al asomarse la Santísima Virgen a su plaza. Emocionados vecinos contemplaban como su Virgen entraba en el Templo del barrio después de tantos años de espera.

Poco a poco dejó atrás San Blas y abandonaba las calles antiguas de la ciudad para adentrase en los barrios nuevos, en calles que no tienen ese sabor antiguo pero que es muy honda su devoción por la Virgen de Gracia. Con el sol brillando en todo lo alto llegó la Virgen a San Francisco, quedando por unos minutos frente a la Virgen de las Angustias, para buscar poco después, y con un retraso en el horario previsto que poco importaba, la feligresía de San Antón. Entre una inmensa multitud la Virgen llegó hasta las puerta del Templo pasada las tres y media de la tarde. Lágrimas en las mejillas de sus vecinos que le rezaban la salve a su amada Patrona, muchos fueron los que soñaron que la Virgen entrara en el Templo pero la escasa altura de su puerta lo hacía imposible.

Desde este punto la Virgen caminó hacia el Cuartel de la Guardia Civil donde le fue entregada una ofrenda floral y una pequeña talla de la Virgen del Pilar la esperaba en el patio del Cuartel. Continuó visitando esos barrios tan alejados de la Prioral pero que quieren a su Virgen de Gracia. No faltaron hombros para llevarla en ningún momento, donde incluso era difícil el transitar de la procesión como el tramo final de la calle Real. Pasadas las cinco y media de la tarde repicaban las campanas de la esbelta torre de San Pedro para recibir a la Patrona de Carmona, en su interior se rezó la salve a la Santísima Virgen por parte del cantante Manuel Lombo.

Tras abandonar San Pedro la Virgen de Gracia dirigió su mirada a la Plaza de Blas Infante, a esa majestuosa puerta de Sevilla. Fue en este lugar donde, veinticinco años atrás, fray Carlos Amigo Vallejo, imponía la corona de oro sobre sus sienes a la Santísima Virgen de Gracia aquel inolvidable 15 de septiembre de 1990, hecho que ha permitido que la Virgen regrese a ese lugar donde el pueblo de Carmona materializó su devoción en esa presea de oro.

De nuevo regresaba a las calles con sabor antiguo y lo hacía atravesando los arcos de la puerta de Sevilla con paso lento obligado por el inmenso gentío que la acompañaba. Miles de pétalos cayeron sobre sus andas al cruzar los arcos cuando pasaban unos minutos de las seis de la tarde.  En la plaza del Palenque fue recibida con unas emotivas sevillanas continuando sus pasos hacia la Iglesia de San Bartolomé que por unos minutos la cobijaron bajo sus centenarias bóvedas.

Subió la Santísima Virgen hacia el Templo de San Felipe derramando su divina Gracia a un pueblo que mantiene viva su devoción a la Patrona siglo tras siglo. Las Hermanas de la Cruz la recibieron con los brazos abiertos, como también lo hizo el Templo de Santiago cuando ya las últimas luces se marchaban de la ciudad y una impaciente luna empujaba para contemplar a la Virgen de Gracia en las últimas calles por las que pasearía. En este Templo la Hermandad de la Columna la recibía con sus imágenes en el Altar Mayor, también la Comunidad Salesiana junto a María Auxiliadora y San Juan Bosco la esperaba en el interior de Santiago. Las hermanas Clarisas la esperaban emocionabas en el interior de su Convento tras el cual caminó hacia el Templo del Divino Salvador donde la noche ya había caído sobre la ciudad. En la Plaza de San Fernando se vivió unos momentos más emotivos, ya que el día anterior el Pleno del Ayuntamiento había acordado el Nombramiento de Santa María de Gracia como Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Carmona, nombramiento que se materializó en la entrega del Bastón de Mando de la Ciudad cuando la Virgen de Gracia alcanzó este lugar emblemático de la Plaza de arriba. Una vez finalizó el acto la Virgen se adentró en la calle Martín López mientras la torre de Santa María con sus campanas la llamaba.

Carmona la despedía después de trece horas de gloriosa y extraordinaria procesión, pero su pueblo no quería dejarla, no quería devolverla al Templo. Su pueblo se aferró por unos minutos más a sus andas antes de entregarla a la Hermandad que la custodia durante todo el año. Carmona guardará en su memoria todo los momentos vividos en el glorioso día del 20 de septiembre y esperará y soñará con tener de nuevo en las calles a su Patrona, a Santa María de Gracia Coronada, aquella bendita imagen que hace ahora setecientos veinticincos años fue hallada para mayor gloria de la ciudad de Carmona. En el horizonte ya suena una fecha... 2023.

Fotos: Manuel Pinto Montero.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.