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Provincia. Altar de cultos extraordinario en la Sacramental de Cantillana por el año de la Misericordia


Fran Granado. La Real Archicofradía Sacramental del Santísimo Cristo de la Misericordia ha realizado un altar excepcional para el quinario de su titular, con motivo del Año de la Misericordia. La priostia de la Hermandad ha realizado una catequesis práctica a través del altar con la Misericordia como eje central.

Con el lema “Dives in Misericordia” (Rico en Misericordia), que se puede leer en los rótulos en metal plateado que se sitúan en las credencias laterales, el centro del Altar lo compone la escena principal, el momento donde la Misericordia de Cristo alcanza su máximo exponente, entregando su vida por nosotros en la cruz, protagonizada por la Imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia. De este modo en el centro el Calvario, representando todo aquello que nos aleja de Dios y de su Misericordia: lo mundano, el mal, el pecado y los enemigos del alma como el mundo simbolizado en los espinos o la carne representada en la serpiente, así como el egoísmo y la ambición por el poder que lleva a la condena del alma, representada en la calavera coronada y las tibias a sus pies, junto a ella la vanidad simbolizada en el cofre lleno de riquezas, todo ello como contraposición de la misericordia.

Sobre lo mundano, triunfa la Misericordia de Cristo crucificado que entrega su vida por nosotros, a sus pies un ángel recoge en el cáliz el agua y la sangre que mana del costado del Señor, “La sangre y el agua brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos porque no le alcanzará la justa mano de Dios” (revelación de Nuestro Señor a Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia). A los lados, la Virgen de la Caridad, Madre de Misericordia, y el discípulo amado. Ambos experimentan en ese instante la infinita Misericordia del Señor cuando a su Madre le ofrece al discípulo como hijo suyo; y el Evangelista, al que le ofrece su propia madre: “Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.” (Jn 19, 27), el propio nombre de Juan significa “Dios misericordioso”.

De esta forma sobre las riquezas del mundo que inducen a la muerte, triunfa Cristo, rico en Misericordia, nuestra Salvación. A ambos lados, sobre las credencias se disponen dos cuadros que complementan el sentido catequético del altar. En un lado un lienzo, copia de la Virgen de los Venerables de Bartolomé Esteban Murillo, que representa la iconografía de la Virgen de la Misericordia. Es por sí mismo una alegoría de la Misericordia en la que la Virgen distribuye el pan a tres clérigos, representando a los sacerdotes ancianos, transeúntes y enfermos, en el cuadro se sintetiza la obra de misericordia “dar de comer al hambriento”

Sobre la otra credencia, se dispone otro cuadro en este caso una pintura alegórica donde se unifica la Misericordia con la Eucaristía, teniendo en cuenta el carácter Sacramental de esta Cofradía. En el mismo se representa en el centro el Corazón llameante símbolo de la Caridad y de la Misericordia que se sitúa sobre la cruz en la que murió Cristo, del cual surgen las especies eucarísticas del trigo y las uvas en las manos de un ángel que sostiene un viril con el Cuerpo de Cristo, y a sus pies el Cordero Místico sobre el libro de los siete sellos que se eleva sobre los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Sobre el corazón misericordioso que representa a Cristo crucificado aparece el Espíritu Santo en forma de paloma que desciende a los pies del Padre Eterno, mostrando de esta forma el Misterio de la Santísima Trinidad. Todo ello rodeado de numerosos ángeles.

En las credencias también se han situado las reliquias de dos Santos relacionados con la Misericordia y la Caridad, advocación del Cristo y de la Virgen a los que da culto la Archicofradía. En una de ellas, la reliquia de Santa Ángela de la Cruz, que además es co-titular de la Hermandad y en la otra, la de San Vicente de Paul, apóstol de la Caridad.

Se da las circunstancias que es la primera vez que en Cantillana, para la cuaresma, se instala un Altar con un mensaje catequético para los fieles, en este caso teniendo como eje la Misericordia de Cristo, precisamente en este año dedicado a ella.

Redacción y fotos: Francisco Guerrero Gallardo










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