El arreglo de los pilares de la Catedral cuesta 1,4 millones. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla
El Estado se ha comprometido con el Cabildo Catedral a hacerse cargo de los 1,4 millones en que ha sido presupuestada por los especialistas la restauración de los dos pilares agrietados del trascoro de la Catedral. Según han informado fuentes autorizadas del órgano rector del templo metropolitano, la partida correspondiente para la financiación de este proyecto será consignada en los presupuestos del ejercicio 2006-07. El Ministerio de Fomento dispone desde el mes de diciembre del proyecto elaborado por el equipo técnico que dirige el arquitecto Alfonso Jiménez, maestro mayor del templo, que ha contado con la colaboración del ingeniero José Luis Manzanares. El dinero para este proyecto procederá muy probablemente del uno por ciento que se reserva por ley de los presupuestos de Fomento para iniciativas culturales y de conservación.
Aclarada la cuestión de la financiación de la restauración propiamente dicha –al menos por medio de un acuerdo verbal– resta por conocer la fecha de comienzo de los trabajos. A este respecto conviene tener en cuenta que la Catedral comenzará en breve la restauración de la fachada occidental –la que da hacia la Avenida de la Constitución– por lo que es muy probable que coincidan en el tiempo las ejecuciones de dos importantes obras. Esta segunda obra está costeada por el propio Cabildo y la Fundación Caja Madrid.
Esta gran obra de restauración de los pilares agrietados requerirá de un sistema peculiar de recogida del polvo similar al que se utiliza en la explotación de las minas. Tanto el actual refuerzo de los pilares como el diagnóstico sobre sus verdaderos problemas de conservación han sido posibles después de seis años de trabajo.
Para consensuar un acuerdo sobre la propuesta de intervención fue indispensable que técnicos del Ministerio de Fomento visitaran la Catedral para comprobar in situ los males de estos dos pilares que provocaron la alarma del Cabildo en 1999. Los problemas de conservación de los pilares son similares a los también sufridos por los de las catedral de Tarazona o Milán. En su momento, el Ministerio solicitó informes precisos de la fábrica gótica de la Catedral y de los zunchos o estructuras de hierro que abrazan ambos pilares desde hace siete años para reducir la carga que soportaban.
Respecto a las especiales medidas de limpieza que habrán de aplicarse durante las obras, se ha optado por la solución de instalar grandes aspiradores en las zonas altas del templo para absorber el polvo. Esta medida permitirá mantener abierto el templo al culto y a otras actividades ordinarias durante la ejecución de las obras.
El Cabildo Catedral afronta un problema similar al ocurrido el 1 de agosto de 1888 como consecuencia del derrumbe del pilar de la nave de la Epístola, que se llevó por delante la reja del coro, la sillería y el órgano. La gran diferencia, obviamente, es que en esta ocasión, aunque se ha admitido la gravedad del estado de conservación de los pilares, se han evitado planteamientos alarmistas.
Los zunchos de hierro actúan como fajas y ayudan a la conservación de cada pilar. Actualmente no hay movimiento de obra en el trascoro de la Catedral. Una serie de sensores ofrecen continuamente información sobre el estado de ambos pilares, de tal manera que cualquier seísmo o movimiento de tierra no provocaría efectos negativos al estar asistidos por estas estructuras de acero.
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