Urbanismo quiere rehabilitar conventos como hospederías. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla.
La Gerencia deberá negociar directamente con 16 comunidades de religiosas para que los monasterios acojan residencias turísticas, de estudiantes u otras
La Gerencia de Urbanismo ha diseñado una estrategia para la rehabilitación y puesta en valor como hospederías de 16 conventos de clausura del centro de la ciudad. Este plan se basa en que la zona histórica de la ciudad cuenta con un elevado número de conventos, en que cada vez hay menos religiosas en todos ellos y en que en todos los casos se trata de inmuebles con una arquitectura de notable valor histórico y artístico. El proyecto de Urbanismo, denominado Reutilización y puesta en valor de los conventos de Sevilla, se basa en la posibilidad de insertar otros usos de reequipamiento de la ciudad compatibles con la vida de las comunidades religiosas.
Se trataría de unas actividades que, según explica Urbanismo, "podrían revertir también en beneficio de las comunidades de religiosas para hacer frente tanto a su mantenimiento y subsistencia como a la restauración de un patrimonio histórico singular". Como método de trabajo para llevar a cabo este plan, Urbanismo admite que tendrá que negociar con las comunidades de religiosas que regentan cada uno de los 16 conventos. De hecho, fuentes autorizadas del Arzobispado de Sevilla indicaron a este periódico la necesidad de que las gestiones se realicen de forma directa con cada monasterio, puesto que sería inviable una negociación global realizada directamente con la autoridad eclesiástica.
Los tres objetivos básicos de este programa de rehabilitación son los siguientes: la restauración y conservación de un patrimonio arquitectónico de valor excepcional, la potenciación de la arquitectura conventual como aliciente cultural y turístico para todo el casco histórico de la ciudad, y el fomento de las actividades culturales en los espacios conventuales (celebración de conciertos en las iglesias, exposiciones temáticas en los distintos compases, etcétera).
Desde el punto de vista socio-económico, esta iniciativa tiene dos fines: la implantación de nuevos usos que rentabilicen las restauraciones practicadas previamente y la contribución a la reactivación económica del casco histórico de la ciudad.
Urbanismo admite que, de acuerdo con el nuevo Plan General de Ordenación urbana (PGOU), estos monasterios admiten "pequeñas actuaciones de nueva planta" e, incluso, "la reestructuración de espacios interiores con capacidad de acogida de nuevos usos". Entre éstos, se citan expresamente los de las residencias de tercera edad o de estudiantes, el hospedaje propiamente dicho, las oficinas, etcétera.
La distribución "idónea" de los conventos en la trama histórica los hace "atractivos" para explotar una futura oferta hotelera. El estudio de Urbanismo pone como ejemplo el hotel que funciona en la parte trasera del Palacio Arzobispal. El programa no descarta que estos monasterios formen una red de alojamientos turísticos de calidad o un red de hospederías conventuales. Se parte de la base de que diversas cadenas hoteleras estarían interesadas. La esponsorización y el patrocinio son apuntadas como vías de financiación en aspectos como la iluminación monumental o la restauración de bienes muebles del interior de los conventos.
Urbanismo asegura que ha realizado un estudio "muy somero" de cada convento. Todos los que se han escogido son de clausura y están necesitados de obras de rehabilitación o de mera conservación. La Gerencia no incluye en este programa los conventos con uso docente al considerar que ya desempeñan una función dotacional en el casco y al ofrecer menos posibilidades a este respecto.
Aragón, Castilla la Mancha y Extremadura son tres regiones donde ya se ha puesto en práctica este modelo. Lo ideal es que cada convento de Sevilla que ha sido escogido pudiera abrir al público –tras las correspondientes obras de rehabilitación– entre 10 y 12 habitaciones.
Urbanismo reconoce que la iniciativa de este programa "dependerá de la voluntad de las comunidades de religiosas para desarrollarlo". Por este motivo se plantean una serie de incentivos: la redacción de los proyectos de forma unitaria, la exención de tasas de licencia, la posible mediación con las cadenas hoteleras interesadas e incluso el fomento de emprendedores locales si hubiera posibilidad.
El programa deja claro que los conventos deberían de contar, además de con las habitaciones para huéspedes, con otros servicios: salas de estar, comedores, salas de reuniones, etcétera. En total, Urbanismo calcula que se podrían alcanzar las 100 habitaciones dobles dentro de la denominada red de alojamientos conventuales siempre que se sumen a esta iniciativa al menos entre diez o doce de los monasterios referidos. En todos los casos se parte de la base de que las monjas sigan presentes.