Un Viernes cuaresmal de "Champions". Antonio Burgos
Nota. El texto que a continuación les mostramos, fue la introducción de D. Antonio Burgos a la Lectura de textos magistrales al Señor del Gran Poder el pasado viernes 17 de marzo, cuando también coincidían en horario y en actos cofradieros Carlos Colón y Francisco Robles.
Empapochada como una torrija, en Sevilla hoy la noche del viernes cuaresmal se ha metido en agua y en antologías. En los eternos duales barrocos de la ciudad, a estas mismas horas, Francisco Robles presenta su definitiva antología literaria de la Semana Santa. Y a esta misma hora, el mejor escritor de cofradías que tenemos, Carlos Colón, da una conferencia en la hermandad de Santa Marta. Por lo que pienso que el día de hoy debe de ser en lo literario como el de la Virgen de los Reyes en lo taurino. En materia de literatura cofradiera, el que en este penúltimo viernes de Cuaresma no se pone el terno negro en Sevilla para dar una conferencia o presentar una antología, es que ni es torero ni es ná.
En la dualidad barroca, la convocatoria fijada en la columna de las Gradas del ABC de hoy hasta puede hacer creer por la coincidencia del azar del almanaque de las vísperas de azahar, que esto nuestro es como la Monumental de Joselito el Gallo con respecto a la Maestranza de Juan Belmonte, o como Nervión con respecto Heliópolis, pues puede parecer que queramos hacer aquí como una rapsodia española a lo divino, como otra antología, de los versos y prosas que a lo largo del tiempo han sido escritos en honor de Nuestro Señor de Sevilla, de Jesús del Gran Poder. Pero escritos humildemente por este agradecido devoto del Señor que le conservó la vida una tarde atribulada de septiembre en que vino a pedírselo un maestro sastre, y que luego incluso le concedió una segunda prorroga cuando unos pistoleros asesinos separatistas fueron a buscarlo para quitarlo del tabaco cinco años antes de la ley que prohibe fumar.
El hermano mayor de esta querida hermandad del Gran Poder me ha pedido esta lectura antológica y le doy las gracias no solamente por la generosidad con que la ha presentado, sino por haberme ofrecido esta posibilidad. Lectura que habrá de ser para mí como una función principal de instituto, por cuanto la lectura de estas prosas y poemas habrá de significar una solemne protestación de fe en el Señor que, como decía nuestro recordado y sevillanísimo Luis Rodríguez Caso, cura hasta los resfriados.
Muchas gracias, pues a don Enrique Esquivias y a los oficiales de la mesa de la cofradía, y a los hermanos del Señor que a lo largo de los años me recibieron como uno de ellos y me permitieron vivir en el interior de los muros laurentinos momentos inolvidables de intimidad, paraíso cerrado para pocos que ellos me abrieron.
Y gracias a ustedes por su generosidad de haber acudido a escuchar estos textos literarios en honor del Señor en esta noche no de perros, sino de gatos, de mis dos gatos romanos de la Bética del Senatus Populusque Hispalensis acurrucados calentitos sobre la mesa camilla de la copa de cisco picón.
Foto: Juan Alberto García Acevedo