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Una Semana Santa desolada. Manuel Enríquez Becerra


El año 2020 siempre será recordado en las hermandades y cofradías, cómo un año de Semana Santa desolada.

En primer lugar por lo eclesiástico que se han visto por televisión al arzobispo de Sevilla oficiando los oficios del Jueves Santo y Viernes Santo con un sacerdote y él, nadie más el sacerdote hacía de lector y de todo lo que fuera ayudarle al arzobispo.

También lo hemos visto en el Vaticano con el Papa con solo sus más allegados, y guardando las distancias de persona a persona.

Una Semana Santa atacada por una pandemia mundial llamada coronavirus, que esto ha sido peor que una guerra, pero sin pistolas. La cantidad de personas que han fallecido, por el dichoso virus.

Aquí en Sevilla se ha cobrado muchos miles de euros que no han entrado en nuestra ciudad con el turismo, y eso ha hecho mucho daño al empleo, que también se han perdido muchos puestos de trabajo.

Esta Semana Santa ha sido de lo más atípica que podía ser esa semana, sin nadie por sus calles y todo confinado, bares y restaurantes cerrados y toda clase de tiendas de comprar, cómo son bazares.

En esta Semana Santa ha muerto mucha gente, pero también se han salvado muchas personas del coronavirus, gracias a nuestros sanitarios, que han estado exponiendo sus vidas, sabiendo que se podían contagiar ellos también.

Lo peor que han llevado todos los cofrades, es que sus hermandades y cofradías se han quedado en casa sin poder hacer su estación de penitencia. Después de todo un año esperando.

Pero los años pasan volando, y esperemos que no haya otro confinamiento más, en nuestros pueblos y ciudades, y podamos hacer nuestras estaciones de penitencia, como de costumbre.

Ya parece ser según he leído, que dicen las autoridades sanitarias que la pandemia está remitiendo. Se mueren menos personas y se salvan más.

Nuestro Señor Jesucristo y su Santísima Madre La Virgen María, nos echaran una mano desde el cielo, y todo volverá a ser como antes.

Lo peor de todo es que está Semana Santa ya no podremos recuperarla en la vida y quedará para la historia de nuestras hermandades y cofradías, como una Semana Santa de confinamiento.

Desde esta misiva les pido a todos los titulares de todas las hermandades y cofradías nos guíen por buen camino, y que cada día nos hagan sentirnos más cristianos, para llevar una vida más llevadera.

Y que las enfermedades estén mientras más lejos mejor de todos nosotros. Y que nunca más haya una pandemia de estas características.

Manuel Enríquez Becerra

Foto: Juan Alberto García Acevedo.










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