Arte Sacro
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Querido EMILIO, hermano. Reyes Pro Jiménez


Querido Emilio: esta breve carta es para ti, como hermano y persona querida, pero también es para el símbolo que eres, para lo que significas para todos nosotros, para lo que eres para todos tus hermanos, para tus compañeros, en esa familia que se llama Hermandad.

Pues una persona también puede ser símbolo, no sólo los objetos como podemos creer sin reflexionar mucho. Tú lo eres por tus méritos.

Símbolo y representación, de la memoria viva de la Hermandad en la que has vivido y por la que has vivido, por la que has trabajado tanto. Pues todos y cada uno de los días de tu vida tienen su razón de ser en ella. Trabajando con entrega y con afán de perfección: ¡¡ni una vela torcida!!

Fotografía: Mariano López Montes

Símbolo y representación de los hermanos que tienen Fe en la Piedad, que viven la oración… símbolo de tantas cosas que en la vorágine de actos y acontecimientos cotidianos pudiera parecernos que hubieran quedado en la intimidad, en la trastienda de la Hermandad, pero que son el centro de ella pues la oración y el culto son sus fines construidos sobre la Fe.

Símbolo y representación de la continuidad de siglos con nuestros hermanos, de ese sentimiento de hermandad sin tiempo del que nos revestimos al vestir la túnica de nazareno y por el que nos sentimos en unión de todos los hermanos de todas las épocas.

Entre los sonidos de la Hermandad oímos y vivimos muchos: el muñidor en la estación de penitencia, los cantos de la escolanía, el sonido de la campana de la Iglesia, el viento en los cipreses del Compás… hasta vivimos y oímos el silencio de ese mismo Compás que siempre será Convento que nos trae Paz. Pero entre esos sonidos siempre está tus campanillas en la Misa, están tus rezos, en el Vía Crucis, en los Rosarios: … “Oh Señor, que nos dejaste señal de tu Pasión…”

Ahora que está de moda y se habla de “patrimonio inmaterial” y también de “paisajes sonoros” te diré que los sonidos de esas campanillas y de tus rezos forman parte de nuestro patrimonio como Hermandad y de nuestro paisaje, de nuestra existencia particular cuando estamos en ella.

Pues formas parte de la historia y de la propia personalidad de la vida de la Hermandad y eres parte de nuestra vida hoy en ella. Eres cofrade de siempre y de ahora.

Antigua fotografía de la Virgen de la Piedad
Archivo Sagrada Mortaja

¡¡Cuántos años de hermano llevas!!, ¡¡Qué cantidad de trabajo has hecho por la Hermandad!!, ¡¡En tantos cargos y puestos!! No te aburriré contándotelo, lo sabes mejor que nadie, pues tienes una muy buena memoria, que Dios te conserve muchos años. Por ese trabajo y por tu fe la Archidiócesis de Sevilla te ha otorgado una condecoración: la medalla “Pro Ecclesia Hispalense”, por supuesto muy merecida, después de toda tu vida de entrega y dedicación a la Iglesia de Sevilla a través de nuestra Hermandad.

Imposición de la medalla Pro Ecclesia Hispalense a Emilio Serrano.
Twitter Sagrada Mortaja.

Sabes que nos alegramos muchísimo todos, absolutamente todos. Se suele decir de hermanos que llevan muchos años de alta en nuestra nómina que tienen años de pertenencia activa en la Hermandad. Creo que conozco a pocos tan activos como tú, que no paras entre una tarea y otra. Y eso a pesar de tus años. ¡¡Qué buen ejemplo y… que envidia!! A ver si llegamos así a tu edad.

Si el viernes pasado, 6 de noviembre, hubiéramos podido entrar en nuestra iglesia todos los que te queremos, o sea todos los hermanos y todos los que te quieren, pertenezcan o no a la Hermandad, no se hubiese cabido ni con el aforo máximo de tiempos normales.

Ya tienes otra medalla más, pues en tu cuello (es como si siempre la llevaras) está la de tu Hermandad: tu Cristo y tu Virgen de la Piedad están en esa medalla, que siempre llevas, invisible pero real. Pues cada día de tu vida les rezas y cada día tu fe los mira, mira ese rostro de Piedad.

Eso nos has enseñado, día a día, momento a momento: hacer hermandad, trabajar… y sobre todo rezar; rezar buscando el rostro de dolor y también de amor… de compasión y de ánimo fuerte de la Virgen de la Piedad, cuando toca con Sus manos a Su Hijo y así nos acerca a Él y a lo que representa, a nuestro Dios.

Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz en el misterio de su Sagrada Mortaja y María Santísima de la Piedad

Sigue rezando por todos nosotros durante muchos y muchos años, querido Emilio… y disfruta de tu medalla. ¡¡Vayan por ti nuestras felicitaciones, abrazos y brindis…!! aunque sean virtuales como tienen que ser en estos tiempos. Te queremos.

 

Reyes Pro Jiménez

Dedicado a Emilio Serrano Fernández,

En celebración de la concesión de la medalla Pro Ecclesia Hispalense.










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