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La Policía Local tuvo orden de no intervenir en las peleas. Fernando Pérez Ávila. Diario de Sevilla.


Los agentes de la Policía Local tenían orden expresa de no intervenir en las riñas y peleas ocurridas en el interior del recinto ferial. La función que los miembros de la fuerza municipal de seguridad tenían encargada en las calles del Real era única y exclusivamente la de controlar la venta ambulante. Aunque la riña ocurriera a escasos metros del lugar donde se encontraran los policías, los agentes contaban con unas instrucciones expresas de la Jefatura de no mediar en ninguna pelea.

Lo único que debían hacer en estos casos era avisar a la Policía Nacional y comunicar a los ciudadanos que requerían los servicios que la Policía Local no estaba autorizada a intervenir. "No se interviene en el recinto ferial, y menos por peleas". Esta orden se transmitió cada día antes del servicio a todos los componentes de la Unidad de Intervención Nocturna de la Policía Municipal.

Son muchos los agentes que han elevado quejas a sus jefes directos por estas instrucciones. Las llamadas realizadas al teléfono de emergencias que gestiona el trabajo de la Policía Local sólo fueron comunicadas a los agentes de este cuerpo cuando se trataba de cuestiones de tráfico. En asuntos de seguridad ciudadana, cuya materia es asumida en la capital por la Policía Nacional y en zonas rurales por la Guardia Civil, los policías municipales de Sevilla ni siquiera fueron informados de los hechos ocurridos, como viene siendo habitual en los últimos años.

El Sindicato Profesional de Policía Municipal de España (Sppme) en Sevilla manifestó ayer en un comunicado remitido a este periódico su "pesar por cuantos hechos ocurrieron en el interior del real de la Feria y por cuantas veces fueron requeridos para actuar en ellos y no acudieron. El presidente de esta central sindical mayoritaria en el cuerpo, Manuel Bustelo, criticó que los responsables políticos hablen continuamente de coordinación, de polícia de barrio y de un teléfono de asistencia: "No hay ninguna de estas tres cosas".

Prueba de la descoordinación de las dos policías es un hecho ocurrido en la noche del jueves en las puertas del Hospital Virgen del Rocío, cuando un ciudadano se acercó a los agentes municipales para preguntar cómo se encontraba un herido de bala. Poco después, los policías presenciaron una persecución relacionada con este tiroteo realizada por un patrullero de la Policía Nacional, sin que los agentes locales fueran informados.

www.diariodesevilla.com










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