Provincia. Alcalá del Río arropó a María Santísima de los Dolores en su Soledad Coronada en el XXV Aniversario de la Coronación Canónica

Manuel Pinto Montero. El pasado 31 de octubre Alcalá del Río se engalanó y alfombró sus calles con romero para la gloriosa y extraordinaria procesión de María Santísima de los Dolores en su Soledad con motivo del XXV Aniversario de la Coronación Canónica. Fue el 15 de junio de 1996 cuando la Santísima Virgen recibió sobre sus sienes la corona de oro que todos sus devotos le regalaron en uno de los momentos más importante para la Hermandad. Veinticinco años después la pandemia impidió los actos centrales el pasado mes de junio pero la Hermandad decidió trasladar la procesión para la víspera de Todos los Santos.

Marcaba el reloj las cinco de la tarde cuando las puertas de la Capilla de San Gregorio de Osset se abrían entre el fervor  de todo un pueblo que esperaba la salida de la dolorosa en medio de una incertidumbre que provocaba el tiempo inestable que marcaba la jornada. Largo cortejo de hermanos con cirio antecedían a las distintas Hermandades locales y venidas de distintos puntos de nuestra geografía. También autoridades civiles y militares formaron el cortejo que ocupaba buena parte del recorrido oficial cuando aún la Virgen de los Dolores no había abandonado la Capilla.

A las seis menos cuarto asomaban los primeros varales a una abarrotada plaza de San Gregorio que estallaba en júbilo cuando la Santísima Virgen dejaba atrás su Templo y comenzaba un glorioso paseo. Lágrimas y vivas se entremezclaban entre sus hermanos que no podían contener la emoción ante el imponente paso de palio.

María Santísima de los Dolores en su Soledad Coronada es obra de autor desconocido fechada a mediados del siglo XVI. Procesiona la Santísima Virgen bajo palio bordado por las Hermanas Antúnez presentando bordado distintos elementos por Patrocinio López y Concepción Peláez. La orfebrería del palio es obra de distintos autores como Villareal o Francisco Bautista Lozano. La Virgen de los Dolores lució para esta gloriosa procesión saya bordada sobre terciopelo negro obra de Rosario Bernardino del año 1996. Sobre sus sienes la Virgen de los Dolores portó la corona de Seco Velasco y que todos sus devotos le regalaron. Hermoso fue el exorno floral compuesta por rosas de tonos morados y blancos, así como nardos.

La Virgen de los Dolores en su Soledad procesionaba por la calle Coronel García Baquero para buscar la Plaza de España acompañada por los sones de la Banda de Música Virgen de la Soledad de Alcalá del Río. Con gran maestría y con el fervor de sus devotos la Santísima Virgen discurrió por la calle Ilipa Magna buscado Real de Castilla mientras el cielo parecía teñirse con tonos morados. El cortejo regresaba a la Plaza de San Gregorio por la calle Coronel García Baquero buscando de nuevo la Plaza de España donde todo empezó hace ahora veinticinco años.

En este punto culminó la Procesión Oficial ante las puertas del Ayuntamiento donde tras un breve acto se inició la procesión oficial bajo un cielo cubierto. Los costaleros subieron la popular calle Antonio Reverte para desembocar en Real de Castilla acompañada de numerosos fieles que se arremolinaron a su paso. La dolorosa alcalareña del Viernes Santo comenzaba su tránsito por calles donde no es habitual su paso. Bajaba la calle Mesones como si buscara bendecir las aguas del Río Guadalquivir antes de llegar a la Parroquia de la Asunción. Por estos rincones alcalareños estuvo acompañada por la Banda de Música Cruz Roja.

Numerosas petaladas se lanzaron al paso de la Virgen de los Dolores por las calles alcalareñas en una noche de ensueño para los hermanos de la Soledad. Sobre las once de la noche una lluvia intensa sorprendió a la Hermandad en los aledaños del Templo Parroquial de Santa María de la Asunción donde tuvo que refugiarse el palio de la dolorosa alcalareña. Tras la reunión del Cabildo de Oficiales se reanudó la gloriosa procesión pero con un cambio en su recorrido previsto. Sobre la una menos vente del ya 1 de noviembre la Virgen de los Dolores abandonaba el Templo de la Asunción para emprender su vuelta  a la Capilla por la Plaza del Calvario, calle San José Plaza de España y de nuevo Plaza de San Gregorio y Capilla a la que llegaría sobre la una y media de la madrugada.

Entre vivas, y tras volver su mirada al Señor de la Divina Misericordia, el paso de palio de María Santísima de los Dolores en su Soledad Coronada era arriado en el presbiterio de la Capilla de San Gregorio cerrando una jornada esperada por todos los Hermanos de la Soledad. La Hermandad tiene previsto que el próximo 27 de noviembre la Virgen de los Dolores vuelva a las calles de su pueblo en Santa Misión.

Fotos: Manuel Pinto Montero.