El Señor del Gran Poder regresó a San Lorenzo acompañado por miles de personas

Daniel García Acevedo. Concluye la Santa Misión Evangelizadora que la hermandad del Gran Poder ha efectuado con el Señor en Tres Barrios (Pajaritos, Candelaria y Santa Teresa) desde el pasado 16 de octubre.

Ayer sábado a las 11 horas, tuvo lugar una eucaristía en el altar del Jubileo en acción de gracias por los frutos espirituales de esta Santa Misión, presidida por el arzobispo Saiz Meneses, ya en su paso procesional.

A las 19 horas se abrió la puerta de San Miguel de la Catedral para que el cortejo comenzara a salir y encaminarse hacia el Ayuntamiento. Desde horas antes, numeroso público copaba la Avenida de la Constitución y la Plaza de la Campana.

Unos mil hermanos con cirio formaban en la comitiva, ya que para esta procesión la hermandad no quiso dejar sin papeleta a ningún hermano que la hubiera solicitado.

El Señor lució para esta procesión de regreso la túnica bordada, llamada de los devotos, por haberla costeado dos mil personas que desde el año 2017 han contribuido en la confección, y realizada en el taller de Santa Bárbara. A su paso por la Capilla Real fue vuelto a la Virgen de los Reyes, donde se produjeron unos rezos.

En la presidencia estuvieron el arzobispo Saiz y el emérito Asenjo. Antes de salir, una representación de la hermandad del Cristo de la Corona despidió al Gran Poder, donde su director espiritual y párroco del Sagrario rezó un Padrenuestro.

A las 19,45 horas el paso del Señor salía por la puerta de San Miguel y se pudieron escuchar unos aplausos que, rápidamente fueron callados por otra parte del público. Hay que entender que ayer vinieron a nuestra ciudad muchísimas personas venidas de Andalucía y de otras partes de España.

En la Plaza Nueva estuvo la Banda sinfónica municipal de Sevilla, dirigida por Fco. Javier Gutiérrez Juan, para interpretar durante todo el recorrido por delante del Ayuntamiento las marchas “Macarena” de Cebrian y Soleá dame la mano. La primera se interpretó hasta tres veces ya que todavía el paso se encontraba en las inmediaciones de la Casa Grande. El paso giró en redondo delante de la puerta del Ayuntamiento para, primero mirar a la representación municipal, en la que no se encontraba el alcalde Espadas, y quedar parado mirando al pueblo. La presidencia se puso en la delantera del paso y el propio arzobispo Saiz fue el encargado de realizar la ofrenda floral.

Detrás del paso se congregaron cientos y cientos de fieles y devotos para acompañar al Señor durante todo el recorrido.