La vida en una pantalla. Antonio Sánchez Carrasco
Ahora que ya sólo queda el Corpus de las fiestas grandes de primavera, me viene a la cabeza un tema recurrente y que cada cierto tiempo se repite como un mantra en redes sociales en esas cuentas que tratan de contarte cómo debes de vivir las fiestas y en definitiva tu vida.
La foto que acompaña estas letras tiene que ver con la pasada Romería del Rocío aunque sería extrapolable a cualquier fiesta de primavera, incluso a cualquier momento de nuestra vida diaria. Somos esclavos de nuestro tiempo y en una sociedad que cada vez corre más tratamos de pararlo a base de fotos de nuestros smartphones. Debe de ser eso lo que inconscientemente nos lleva a sacar el móvil y su cámara cuando estamos en una reunión familiar, delante de un paso, o de un serranito con muchas papas, que es como deben de ser los serranitos. Tenemos ese afán de guardar en las memorias de los teléfonos todo aquello que nos gusta. Compruebo con la misma periodicidad como se repiten mensajes en los que la gente insta a todos los que sacan la cámara de su móvil a disfrutar más no fotografiando y viéndolo sin más. Es otra opción, pero no la única. Nadie sabe la motivación que lleva a un semejante a fotografiar lo que está viendo, es por está verdad irrefutable que nadie debería decirle a un semejante como debe de ver un paso, si con smartphone o sin él. Somos esclavos de nuestro tiempo y en estos tiempos las pantallas en alto son el signo de la multitud. Que molestan a los que fotografiamos, sin duda porque además la mayor parte de las veces levantan la pantalla sin ni tan siquiera mirar si molestan al de atrás, pero salvo por ese detalle que cada uno use su móvil como le parezca, como decía el Selu, " Tampoco soy yo quien para meterme en la vida de nadie". Disfruten la semana del Corpus y tengan cuidado ahí afuera
#LosLunesAlSol
Foto: Antonio Sánchez Carrasco.