Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • domingo, 19 de mayo de 2024
  • faltan 329 días para el Domingo de Ramos

Silencio. Javier Ramos Sáez


 Qué palabra más silenciosa que el silencio. Un susurro vacío, una palabra inteligible, un sentimiento encerrado...

Según san Juan el principio fue el Logos o el Verbo, es decir, la Palabra de Dios. En verdad la palabra resonó del silencio como una chispa de luz que rompe la inmensa oscuridad de la noche. Desde el aspecto filosófico el principio fue el caos que luego Dios lo conformó como un orden divino. Pero he de decir que al principio hubo Silencio y luego se hizo la palabra divina.

Como dijera Heráclito, la verdad del mundo es la continua complementación de los opuestos o contrarios. De la luz pasamos a la oscuridad, del vacío a la materia y del silencio a lo conformado. Ese paso hacia la conformación dio lugar al rito sacrosanto por antonomasia de nuestra ciudad.

El Silencio fue el comienzo y así parece atestiguarlo, como en una curiosa anécdota, que la Primitiva Cofradía de Sevilla fuera el Silencio. Dejemos de lado supuestas hipótesis de última hora de si es o no es la Primitiva en detrimento de otras hermandades.

Silencio de Madrugá añeja, de reminiscencias pretéritas, de profundo recogimiento y de noble semblanza, así es la Cofradía del Silencio, llamada antiguamente “la de San Antonio Abad”. Silencio, según el vulgo, por el carácter silencioso de sus procesiones.

Esta hermandad es fundada en 1364 por Bernardo de la Cruz y otros hermanos en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, conocido por el de la Sangre. Desde su comienzo no se ha olvidado la primitiva adoración a la Santa Cruz de Jerusalén, cuyo emblema hoy día se percibe en la cruz que la define como corporación.

Es de las pocas hermandades que continúan con sus mismos cultos desde su fundación, por lo que definen a esta hermandad como defensora de las más profundas tradiciones.

Hoy día es de las cofradías más respetadas y más adoradas de la Semana Santa , es una cofradía que no tiene desperdicio, desde la cruz de guía hasta el palio. Nos asombra su gran seriedad y gran compostura en la calle, su gran patrimonio de insignias y banderas, y sobre todo sus dos pasos procesionales, una maravilla de gran calibre artístico en la Semana Santa sevillana.

Silencio es una palabra que no puede ser más pegadiza ni que la definible para esta cofradía. Silencio lo es todo y silencio es lo que expresa esta cofradía, el silencio nos embelesa y nosotros respondemos con silencio, sin querer, cuando nos la encontramos.

Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Nazareno de Sevilla sin lugar a dudas, es una obra popular y maravillosa atribuida al jiennense Francisco de Ocampo y Felguera sobre la fecha de 1609 a 1622. Obra artístico-religiosa de gran calado en nuestra ciudad, de los más devotos de nuestra ciudad, sólo en comparación con los nazarenos del Gran Poder, Los Gitanos y Pasión.

Es una obra de gran expresividad y de intensísima espiritualidad cuyo madero es cogido por el stipes o palo vertical de la cruz, aceptando la cruz del martirio, que envuelve nuestros pecados y nuestra irracionalidad desmesurada. Es una obra serena propia del manierismo como pasa con el nazareno de Martínez Montañés.

La composición de la aceptación de la cruz por el lado opuesto al que es propio es un rasgo esencial para determinar que es una obra manierista, al mismo tiempo que también se percibe un efecto de tensión en el cuerpo debido a la posición erguida y al escaso apoyo de la talla.

Nuestra Madre, la de la Concepción , es una obra realizada por Sebastián Santos Rojas en 1951. Circula una anécdota de que esta misma virgen fue casi vendida a la Hermandad de Pasión que al final desestimó su compra de manera desafortunada ya que dicha virgen es una de las más bellas de nuestra Semana Santa sin lugar a dudas. Me atrevería a decir que es la mejor obra mariana de Sebastián Santos.

Dejando a un lado que sea mejor o peor cambio que la anterior (a mi parecer acertadísimo), María Santísima de la Concepción es una virgen de singular belleza, una realeza de la proporción y de la finura. Es una Madre muy digna de la Cofradía del Silencio. Por su aspecto estético está entre las más reconocidas como Valle, Estrella o Macarena.

Ese altar de plata andante que pasa por las calles de Sevilla junto con Nuestra Madre cada Madrugá es la ensoñación de cualquier poeta y amante de lo bello. La idea de Belleza está representada en el palio del Silencio.

Ella es nuestra gran Verdad y sólo con el Amor que expresa Nuestro Padre Jesús Nazareno podremos descifrar el misterio de la Verdad   que es en sí mismo puro Amor.

jramosaez@yahoo.es 

Foto: Juan Alberto García Acevedo










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.