Opinión. Los otros “perros” de las cofradías. Francisco Santiago

Como era de esperar, tal y como ocurre en la actual sociedad en la que nos ha tocado vivir, los valores éticos y morales van cada vez más en picado y esto, aunque nos parezca una paradoja, no excluye a las hermandades y cofradías.

Dentro de los cortijos particulares que se montan en las cercanías de la casa de hermandad, hay un nuevo “tonto” que tendría un capítulo amplio en el exitoso libro de Paco Robles, aunque muy diferenciado con el resto de personajes que aparecen en el mismo.

Ese nuevo personaje hace las veces del “perro” del señorito de turno que, digámoslo así, hace los trabajos sucios que no son dignos de un candidato cofrade. Así, el mismo es “achuchado” en los foros o en reuniones clandestinas, envía mails anónimos desde correos gratuitos para intimidar, transgredir, desprestigiar, ofender y utiliza el escarnio como método generalizado; únicos oficios en los cuales este engendro es útil, porque normalmente ni tiene estudios (porque no quiere), ni se le conoce trabajo oficial (porque no vale para nada).

Eso sí, dependiendo de sus tendencias (incluidas las sexuales), procura trabajar en cualquier cosa en la que no haya que “clavar los codos” y, por supuesto, dentro de las cofradías, para ser alguien dentro de algún estamento y, por suerte o desgracia, donde es más fácil de acceder en nuestra Sevilla, como es el submundo de las juntas de gobierno de las Hermandades.

Lo curioso del caso es que esta es la única raza canina que no necesita ser vacunada de la rabia, porque ellos son simplemente “el medio de transmisión”, pero no son el portador de la enfermedad.

La rabia normalmente sí que se aloja en esa “élite” cofrade (la que achucha), a la cual habría que vacunar con urgencia. Porque los perros serán abandonados y, con un poco de suerte, incluso podrán ganarse la vida y tener autonomía propia, dentro de sus escasas referencias laborales y personales, pero su “amo” seguirá entrenando otros cánidos de dos patas, engendrados generalmente en los grupos jóvenes y grupitos adjuntos para seguir propagando ese otro tipo de “cáncer” que afecta sobremanera a nuestra religiosidad popular.

Dedicado a los que se sientan aludidos.