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El dossier clave del 28-O en San Gregorio. El Fiscal. Diario de Sevilla


El presidente, Manuel Román, citó el pasado sábado a sus consejeros a un almuerzo a las 14 horas en el restaurante Las Lapas. Es costumbre en los últimos años que todos compartan mesa y mantel (sin copa larga) en un ambiente fraternal antes de una votación de tanto eco en la ciudad. Román tenía claro que era el año de designar a un gran escritor y poeta con el que se tenía una deuda pendiente. Quería saldarla ya, sin esperar al próximo año, su último al frente de la institución. Tenía el “pálpito” de que esta vez sí, en esta ocasión no habría problemas, ni leyendas de falsos vetos, ni otros prejuicios. Incluso confesó dos días antes que asumía el riesgo de recibir un no como respuesta de este escritor, algo nada descartable. El tesorero Cuesta apoyaba firmemente la iniciativa. El secretario De la Peña también. Algunos delegados de día se habían mostrado igualmente a favor de ese gran nombre pocos días antes, sobre todo tras paladear algunos de sus artículos más recientes relacionados con las cofradías. Cómo no recordar el publicado en homenaje a Ramón Ybarra. El sistema de votación por rondas (por el que se eliminan los nombres con menos sufragios) comienza pasadas las cinco de la tarde. Hay una anécdota que provoca un sonrojo y muchas risas: alguien nomina a Rafael Montesinos, ya fallecido. En las primeras propuestas aparecen los nombres del magdaleniense Pepín Haldón, el notario Carlos García Campuzano y el joven Lutgardo García. Los consejeros Alfonso de Julios y Engelberto Salazar se entretienen apuntado cada nombre y dibujando un palito por cada sufragio. Cada uno de los 13 consejeros vota una terna. Hay un nombre que arrolla. Hasta 9 consejeros avalan la propuesta de Antonio Burgos.

El presidente está contento. Pero hay que seguir. Otros candidatos van cayendo en el camino hasta que se establece una suerte de semifinales con las cuatro propuestas ya avanzadas el pasado domingo. El nombre ya referido más los del periodista José Joaquín León y los hermanos mayores Enrique Esquivias e Ignacio Pérez. La cúpula dirigente del Consejo no ve con buenos ojos el triunfo de un hermano mayor. Sus puestos son de tal responsabilidad y ajetreo que deben estar concentrados en cuaresma en la vida interna de las corporaciones que presiden. En el justo momento de esas semifinales moradas, el vicepresidente Eduardo del Rey da todo un golpe de timón, bautizado posteriormente por algunos consejeros como el dossierazo. El número dos del Consejo saca toda una serie de los artículos cofradieros del citado escritor. Ha escogido los más críticos con el mundillo y la clase dirigente de las hermandades. En algunos textos se denominan “sepulcros blanqueados” a ciertos abonados de la carrera oficial o se cuestiona la legitimidad del Consejo para algunas funciones. El objetivo de esta acción parece claro: “Hay que pensar bien si este señor es el adecuado para pregonar la Semana Santa”. Hay un cruce de miradas, algún rostro de contrariedad y desagrado. Román sabía que el vicepresidente se pronunciaría en contra si el nombre del escritor superaba las rondas iniciales, pero no creía que llegara a tanto. Del Rey siempre se ha mostrado a favor de expresarse con libertad en el seno de la institución, alegando que todas sus acciones son de buena fe. Los partidarios de ese gran nombre no habían preparado ningún dossier a favor de su candidato. Daban por hecho que el asunto estaba amarrado. A la última ronda pasan, como avanzó este Fiscal, el escritor y el hermano mayor del Gran Poder. El dossierazo provoca un bajón de votos. Ya no son 9 los consejeros que apoyan al escritor. Sólo 5 se mantienen fieles a su candidatura, la inicialmente más fuerte: Manuel Román, Julio Cuesta, Joaquín de la Peña, Rafael Molina y Manuel Rodríguez. Esquivias sólo obtiene un voto más, 6. Por lo tanto, resulta designado pregonero. Se registran 2 votos nulos. El ambiente no es festivo. Hay quien rompe el silencio: “Vamos a sonreír que hemos elegido al pregonero”. La junta queda fracturada. No hubo croquetas. Ni copa larga.

Verídico. Domingo, 19 de octubre. Ave Sevilla-Madrid de las 16.30 horas. Dos militares acceden a un vagón de clase Preferente. Frente a ellos, en torno a una mesa plegable iluminada por una lamparita, se sientan otros dos viajeros. Los militares, uno de alto graduación y el otro su ayudante, comentan con acento madrileño los contenidos de la prensa local. “Hay que ver la importancia que tiene en Sevilla lo del pregón de Semana Santa”. El otro responde:_“Pues a este chico, Esquivias, me han dicho en la Cátedra General Castaños que le ofrecieron hace dos semanas dar el pregón de Capitanía, pero dijo que no, que él no valía para eso”. Uno de los otros dos viajeros, que hacía como que leía la revista Paisajes,  se levanta de pronto, sale del vagón y realiza una llamada: “¿Fiscal? Oye bien, porque no te lo vas a creer...”

El día después. El presidente Román, inteligente como de costumbre, quiso romper rápidamente el hielo con el pregonero, sobre todo después de que trascendiera que tres de los cuatro altos cargos de la institución habían apostado legítimamente por otro candidato. Al presidente sólo le faltó ir al aeropuerto, ya que Enrique Esquivias regresaba de un encuentro de hermandades en Barcelona. Román, acompañado por varios consejeros, se fue para San Lorenzo, donde se estaba preparando en el casinillo un gran ágape de homenaje al flamante pregonero. Se produjo el abrazo tradicional para romper el frío ambiental y la preceptiva oración ante el Señor. El menú fue bastante completo: unas exquisitas aceitunas para el arranque, canapés de atún con mayonesa, el arroz como plato central, filetes empanados y otras viandas.

¿Qué pasó con..? Es lo que podría preguntarse sobre el Centro de Interpretación de la Semana Santa, aquel proyecto anunciado la pasada cuaresma a bombo, platillo y golpe de pértiga con una inversión de 14 millones de euros. Entre otras novedades,  este centro –no exento de polémica mediática– debería servir para enseñarle a un turista en agosto cómo son las bullas de Semana Santa.

Y la reacción. El Consejo le ha expuesto al Ayuntamiento sobre este Centro de Interpretación que “los hermanos mayores tendrán que pronunciarse”. Óle. Eso es una media verónica al gregoriano modo, pues ya se sabe que cuando no se quiere saber de un tema se recurre siempre a los hermanos mayores como colectivo. El Consejo ha recibido hasta la oferta de ocupar una vicepresidencia en el organismo que dirigirá el centro.

Novedad editorial. Enrique Becerra presentó el martes el libro La gran aventura de montar un restaurante (Editorial Almuzara). Además de contar con un escenario privilegiado y muy cofradiero, el Patio de los Naranjos del Salvador, recibió el espaldarazo de toda una embajada del mundo del incienso:  el primitivo Juan Salas Tornero como presentador, el muy macareno Rafael Álvarez Colunga, el consiliario primero de las  Penas y presidente de la Cámara Comercio, Francisco Herrero; los baratilleros Joaquín Moeckel y Rogelio Gómez Trifón y el notario gráfico Fernando Salazar.

El pertiguero. Primer golpe. Ojo al dato que no es baladí. La web del Consejo alcanza siempre su récord de visitas el día después del Pregón. Segundo golpe. Emilio Santiago del Pino es el nuevo hermano mayor de los Panaderos. Votaron 468 hermanos, de los que 249 lo hicieron a favor de Santiago, 204 en apoyo a Miguel A. Delgado, 12 votos en blanco y 3 nulos.Tercer golpe. Zoido continúa la carrera morada hacia la Alcaldía. Para el miércoles anunció una visita nada más y nada menos que al Carmen de Santa Catalina. No le basta con las de penitencia. ¡A las glorias, Zoido, a las glorias! Y ciriales arriba. El poeta Joaquín Caro Romero estaba verdaderamente entusiasmado en la noche del sábado por la designación del Consejo para el atril. Recordaba con humor en una charla telefónica que en una ocasión se paseó en moto a las tres de la madrugada con el hoy pregonero por la Isla de la Cartuja al término de un acto.

EL LAGARTO DE LA CATEDRAL

<<Me dice un canónigo que los hermanos Caballero, reconocidos tallistas, podrían realizar un sillón para el cardenal muy especial. Se trata del regalo de los Padres Blancos a monseñor Amigo por sus 25 años de llegada a Sevilla. En el respaldo estarán representadas la Giralda, la torre de su sede de Tánger y la de Medina de Rioseco>>

Palabra de reptil metropolitano, palabra de Lagarto de la Catedral.

Nota: Fiscal publicado el pasado domingo 5 de noviembre en el Diario de Sevilla.

Artículo relacionado: 07/11/2006-Ovación y vuelta para un agudo fiscal. La ventana de Luis Carlos Peris. Diario de Sevilla










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