Ya queda menos. Algo se mueve en el Martes Santo. Alberto de Faría Serrano

No es nada fácil disertar  a una concurrencia en lunes. Menos si la concurrencia se ofrece especialmente a unos Hermanos Mayores. Y si es sobre la Asamblea de Laicos la tarea  no digamos ya alcanza singular mérito. 

Cuánto más cuando al servicio de la causa diocesana de Monseñor, se vuelcan las prestaciones de un Pentium disparado, una pantalla transparente  y un ratón más multióptico que juguetón y por encima de todo, una magistral puesta en escena y un poder de convocatoria con la sencillez de la palabra, con el espíritu de un hombre de fe convencido y comprometido.

Este es el Manolo Paz que movió y sacudió de sus bancos a más de uno. Con la sibarita rotundidad  de la verdad y el arraigado áurea profesional que le hace ducho y docto en estas lides,  asombró a propios extraños y no por ser anfitrión, si no por la ductilidad de su verbo llano y calido a la vez que epataba tanto como las notas de la  magistral y melancólica marcha de Lerate.

Alfonso de Julios Campuzano, el Delegado de día, no es que se saliera con la suya; Manolo pretendía disertar sobre el espíritu de la vida cofrade en  nuestras hermandades de hoy.  Pero al fin y la cabo ¿qué  no es eso si no que la recomendaciones de la ultima carta pastoral a los laicos de Sevilla sobre la organización en parroquias de los grupos de trabajo y el compromiso que tenemos los creyentes?  En ello puso especial énfasis. 

No hay nada sin el. Y todo lo demás (cultos, vía crucis, priostía, la estación de penitencia, las marchas, el costal)  es relevante y nos ocupa tiempo sí,  pero  es a todas luces  accesorio y secundario si no nos autentificamos como cristianos día a día y no elevábamos nuestra particular granito de arena tanto en  la formación interactiva e interpersonal como en  la caridad con nuestros semejantes necesitados. Sin duda alguna algo se mueve en torno al Martes Santo

Y al socaire de la miscelánea de chacinas, adobos y  croquetas que aquí si las hubo y de la corriente  laicista generada, nada fue  casual ni pretendido. Más que  acogedora la estancia de los hermanos que abarrotaron el flamante salón de reuniones de la gente del Dulce Nombre. En esto los Armando, José Luís y Ángel, segundos de Manolo Paz dieron una recital de saber estar y distribución de juego por las bandas. Lástima que se echaran en falta a más hermanos anfitriones.  ¿No perderían detalle de Mira quien baila al menos?

Otro sí;  ¿Ven que para hablar de este día y de sus hermandades no hace falta reparar ni en las dos contiendas electorales  por la Judería? ¿Ven como no es necesario recurrir al arrivo de los Ariza en la Puerta Carmona? ¿Ven como sobra cualquier  pesquisa o elucubración sobre horarios, permutas e itinerarios?  Sobre ésto último sí que hubo comentarios off  the record durante el pescaito. Pero off the record se quedan. No hagan caso del orden de hermanos mayores en ninguna fotografía. Al menos de momento. Que sobre posibles reconducciones en la nómina  voltearán las campanas del Cerro del Águila en la próxima Convivencia. Tiempo al tiempo.

Y esto,  a 123 días para que un monte ensangrentado de fe y lección asimilada cruce el paraninfo de nuestro pálpito y la lonja de nuestros sentidos. Ya queda  menos

Fotomontaje: Francisco Santiago