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Doña María Coronel, la propia historia de Sevilla y sus "desfiguraciones"


 Arte Sacro. Cada 2 de diciembre, las hermanas de clausura del Monasterio de Santa Ines dan culto a la que fuera fundadora del lugar.

María Fernández Coronel era la hija mayor de Don Alfonso Fernández Coronel, Señor de Montalvan, Capilla, Burguillos y Bolaños en Campos, un poderoso noble castellano que logra el favor del rey Alfonso XI y la dama sevillana doña Leonor de Guzmán que durante veinte años fue su favorita y le dió cinco hijos. Gracias a esto logra el señorío de Medina Sidonia en Cádiz y otros amplios honores, destacándose en la defensa del reino contra la Orden de Alcántara cuyo Maestre, Gonzalo Martínez de Oviedo, es derrotado por él, ordenando que sea degollado y quemado. (1340).

María Coronel casa con el infante Juan Alfonso de la Cerda, miembro de una poderosa familia que era la línea primogénita y desheredada descendiente de Alfonso X el Sabio, y de Luis IX de Francia, de los que Juan Alfonso era bisnieto, así como nieto de Alfonso Pérez de Gúzmán el Bueno.

Juan Alfonso de la Cerda fue Alguacil Mayor de Sevilla y más tarde Adelantado de la frontera de Aragón, conociéndose también que fue escritor y muy considerado por el Marqués de Santillana, aunque no se conoce ninguna obra suya.

A la muerte de Alfonso XI su único hijo legítimo le hereda con el nombre de Pedro I (1350) cuando sólo tenía seis años de edad. Su madre la ofendida reina Doña María de Portugal se venga entonces de la favorita mandando prenderla y asesinarla. (1351).

Esto provoca la enemistad de las familias Coronel y de la Cerda y los infantes con el rey Pedro y su valido Alfonso de Alburquerque, la rebelión comienza y Fernández Coronel se fortifica en su villa de Aguilar con su yerno Juan de la Cerda. Las tropas reales conquistan las plazas de Burguillos y Montalván, y tras un largo asedio tomaron el castillo de Aguilar, ordenando el rey la muerte de Fernández Coronel (1353), que muere a la misma hora y día, pero trece años después, degollado y quemado como había ordenado él con el Maestre de Alcántara.

El favorito de la reina viuda, Alburquerque, casa al rey Pedro con la princesa francesa Blanca de Borbón (1353), pero el rey a los tres días de casado y sin que se sepa la causa, la abandona y la encierra en el castillo de Arévalo para refugiarse con su amante doña María de Padilla de la que estaba perdidamente enamorado, y sustituye en el gobierno a Alburquerque por los parientes de María Padilla.

La ocasión es aprovechada por los nobles descontentos entre los que estaban su madre, Alburquerque y sus hermanastros, y empieza otra guerra civil (1354) siendo el rey vencido y recluído en Toro hasta que logra escapar con la ayuda de su tesorero el judío Samuel Leví.

Tras lograr vencerlos estalla de nuevo la guerra (1356), ahora contra Aragón y con la participación de Inglaterra y Navarra junto a Castilla, y de Francia, Portugal y Granada junto a Aragón.

En estos años la muerte de la reina Doña Blanca de Borbón en el castillo de Medina Sidonia en 1361, según algunos por orden del rey, y la de María de Padilla ese mismo año en Astudillo, siendo llevada a la Catedral de Sevilla donde fue enterrada en la capilla de los Reyes,y siendo reconocida al año siguiente por las Cortes reunidas en Sevilla, como Reina, y el asesinato del rey de Granada, Muhammad VI, el rey Bermejo cuando acudió a Sevilla para parlamentar con el rey Pedro, precipitan los acontecimientos bélicos, que terminan cuando muere Pedro I a manos de su hermanastro Enrique II de Trastamara en Montiel. (1369).

Volviendo a Andalucía y a la vida de María Coronel, no acabaron las desgracias para ella cuando murió su padre en Aguilar, su hermana Aldonza, se había casado con Alvar Pérez de Guzmán, Señor de Lara, que también hizo causa común con su cuñado Juan Alfonso y su suegro Alfonso Fernández Coronel contra el rey. Tras ser derrotados, Alvar huyó dejando a su esposa Aldonza en Sevilla, en el convento de Santa Clara. El rey Pedro, que pasaba largas temporadas en Sevilla donde sobre el antiguo palacio almohade mandó construir el bello Alcázar sevillano que mudéjares toledanos y andaluces hicieron con tan bello esmero, se encapricha de Aldonza Coronel que habita primero en la Torre del Oro y luego en el Alcázar de Carmona, y ante la ausencia de su marido don Alvar Pérez de Guzmán, su cuñado, el esposo de María Coronel Juan Alfonso de la Cerda, defiende su honor contra el rey levantándose en armas y siendo derrotado por Juan Ponce de León, Señor de Marchena, por lo que es apresado. María Coronel partió desde Sevilla a Tarragona donde estaga el rey para rogarle clemencia, el cruel Pedro I la engañó pues le concedió el indulto porque sabía que antes de que María Coronel volviera con la carta de libertad a Sevilla, ya antes habría sido decapitado, lo que efectivamente ocurrió ocho días antes de que ella llegara (1357).

María Coronel, ya viuda, se retira al convento de Santa Clara donde se hace monja, pero el rey Pedro I, se ha encaprichado de su hermosura y la sigue hasta Sevilla para poseerla, por lo que María, para evitar su acoso martirizó su cuerpo y desfiguró horriblemente su rostro echándose aceite hirviendo.

Dicen unas crónicas que el rey, impresionado y aterrado, devuelve a María Padilla las posesiones de su familia y las rentas confiscadas con lo que María Coronel, funda con su hermana Aldonza el convento de Santa Inés siendo su primera abadesa, hasta su muerte. Sin embargo otros historiadores apuntan a que no recuperó sus propiedades hasta la muerte de Pedro I y la entronización de Enrique II, que antes de ser definitivamente rey había conquistado Sevilla y gran parte del valle del Guadalquivir en 1366.

Esta versión coincide cronológicamente con los hechos pues la fundación del convento de Santa Inés es de 1376, en la misma casa de sus padres junto a la parroquia de San Pedro, para su mantenimiento ella donó sus posesiones en Sevilla, Carmona y el Aljarafe, y los castillos de su padre los donó al infante D. Fernando de Antequera en 1409 a cambio de que él terminara la construcción del monasterio y entregara una renta anual a sus monjas.

Aunque tradicionalmente se considera que murió el 2 de diciembre de 1411, el historiador Moreno Alonso dice fue en 1409, cuando tenía alrededor de setenta y cinco años. Enterrada en medio del coro de la iglesia del convento, su cuerpo incorrupto fue encontrado a mediados del siglo XVI cuando se hacían unas obras, desde entonces se venera piadosamente en Sevilla con un fervor popular que nunca ha decrecido, su cuerpo puede verse cada 2 de diciembre tras una urna de cristal.

Fotos: Francisco Santiago

BIBLIOGRAFIA:

www.andalucia.cc/adn/
www.conocersevilla.org
GRAN ENCICLOPEDIA DE ANDALUCIA. Ediciones Anel, S.A. Granada 1979
MORENO ALONSO, Manuel. Historia de Andalucía. Ed. Cajasur, Murcia 1995.
EQUIPO de la Enciclopedia Universal Sopena. Ed. Sopena. Barcelona, 1976.










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