El por qué la Virgen del Voto preside la venida del Espíritu Santo

Arte Sacro. La Sacramental de Pasión tenía como culto principal, antes de la fusión con Pasión en 1918, el Triduo preparatorio de la Venida del Espíritu Santo.

Según las bases de fusión, la Virgen del Voto debe ser trasladada el domingo de la Fiesta Principal de Instituto en procesión claustral desde la capilla sacramental hasta el altar mayor de la parroquia del Salvador para presidir la Fiesta Principal de víspera de Pentecostés. Además, en dichas bases se establece que en la tarde de ese mismo día, la Virgen debería recorrer las calles de la feligresía en procesión.

Estrictamente, la Virgen del Voto no debería presidirlos, porque el triduo es, como su fin indica, para preparar la venida del Espíritu Santo, por tanto, la Virgen del Voto no debería presidir el altar, sino el Santísimo Sacramento.

A la Virgen del Voto se le tributaba cada miércoles una misa rezada y el canto de la Salve. Lógicamente todo eso se perdió con la fusión, y en recuerdo de aquellas costumbres -que se mantenían al principio, sobre todo la procesión claustral y la procesión vespertina- pues ahora únicamente la Virgen del Voto preside el altar de cultos.

Antes de la fusión, la función principal de Pasión era la de la festividad del Dulce Nombre de Jesús, es decir, la segunda dominica después de la Epifanía. Actualmente se mantiene ese día tras la novena, pero no es función principal, sino función solemne, aunque la protestación de fe se siga manteniendo ese día. La Fiesta Principal es la de Pentecostés según se estableció en las bases de fusión. 

Javier Criado montó un año el triduo así, con la custodia sobre el paso del Señor en el altar mayor, y la Virgen del Voto a un lateral-. Las bases de la fusión tienen mucha riqueza espiritual, cultural y estética, siendo en su momento seña de identidad de la Hermandad durante muchos años.

Foto: Juan Alberto García Acevedo