El arte de pintar monumentos. Francisco Santiago

Sevilla es una ciudad con elementos arquitectónicos enmarcados dentro del Patrimonio de la Humanidad, caso de la Catedral, Archivo de Indias y Reales Alcázares, o con multitud de edificios catalogados como Bien de Interés Cultural, etcétera.

Pero hay algo aún más llamativo para los visitantes de esta ciudad monumental y turística, el trato que los propios sevillanos dan a la ciudad.

Monumentos pintarraqueados (algunos lo llaman grafitis), papeleras y contenedores quemados (a veces veo también motocicletas), papeleras utilizadas como vertederos, monumentos literalmente destruidos a golpes, etc, etc, etc….

Y ahora, LIPASAM, no contenta con todo lo anteriormente citado, en vez de dar cursos de “humanización y cultura” a nuestros jóvenes más “entorrijados” o “enlolocidos”, simplemente se le ocurre hacer un concurso de grafitis sobre contenedores de vidrio que, lo más seguro, inspirarán a más de uno para llevar este noble arte a las paredes de templos, monumentos, casas de vecinos o lo que se ponga a su alcance.

Y conste que no es que esté el que suscribe en contra de esta técnica pictórica, simplemente es que creo rotundamente que los grafiteros no están preparados para actuar en una ciudad como la nuestra o, al menos, tienen un total desconocimiento entre lo que es un muro de cal y un monumento histórico artístico.

Mientras tanto seguimos teniendo el asentamiento más antiguo e infrahumano de Europa (El Vacie), jóvenes que disfrutan tirando bicicletas al río, robando en supermercados, bares o asaltando a transeuntes y destruyendo el mobiliario urbano por el simple hecho de saberse defendidos o amparados por la supuesta justicia.

¿Qué será lo próximo: Maratón pro huida a pie de un policía por las calles del centro, I Premio de lucha con arma blanca, I Certamen de Tiro de insultos al maestro de escuela?... Pues nada, a disfrutar con el concurso y que Dios nos pille confesados.

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Fotos: Francisco Santiago