Provincia. El día que la Virgen de los Ángeles salió por primera vez en procesión

Eduardo Fdez. López. Hay días en la vida de una persona que quedan marcados para el recuerdo, días en los que ves cumplido un sueño y que intentas guardar en cualquier rinconcito de tu cuerpo para que no se escape, un lugar al que puedas acudir en aquellos otros momentos que desgraciadamente la vida también suele darte.

El domingo un sueño se hacía realidad no solo para mí sino para todos mis vecinos del barrio de Montequinto, al ver como nuestra patrona salía a besar a su barrio, tal y como el propio párroco lo anunciaba por la mañana en la solemne eucaristía.

Pero no salía de una manera habitual y como suele hacerlo cada mes de mayo, sino en paso, con flores, banda, incienso, algo inédito en el barrio y que esperamos no tener que esperar otros 25 años para volver a verlo.

Fue un día muy especial, el día del Pilar no existió el domingo en Montequinto, fue el día de la Virgen de los Ángeles, aquella Virgen a la que volvieron a dar vida unos vecinos del barrio rescatándola de aquel convento sevillano, no se sabía quién la había hecho, quizás los ángeles y de ahí su nombre.

 

Minutos antes de las doce del mediodía la parroquia estaba ya repleta de fieles, a esta solemne eucaristía presidida por el párroco de Montequinto Francisco José Blanc Castán acudieron representaciones municipales, miembros de distintas asociaciones religiosas y civiles del barrio y los hermanos mayores de las hermandades del Cristo de la Corona y Los Negritos de Sevilla, en este último caso alcalde, Santo Entierro de Dos Hermanas, Vera Cruz y Soledad de Aznalcóllar, Paz de Sanlúcar la Mayor y Rocío de Montequinto.

Al celebrarse el día del Pilar, la Virgen del Pilar se colocó también en el altar mayor para presidir la eucaristía. Decir también que la parroquia estaba espléndida, adornada con colgaduras y numerosas flores.

A esta celebración acudieron también varias familias paraguayas, peruanas y bolivianas, que ofrecieron a la Virgen productos propios de sus respectivos países, estas comunidades sudamericanas están muy relacionadas también con la parroquia.

En las ofrendas, el coro de Nuestra Señora de los Ángeles regaló a la Virgen una rosa de plata, que le fue impuesta posteriormente a la Virgen para que la luciera en la procesión.

 

Al terminar la eucaristía, y de manera privada la Virgen fue trasladada a su paso, que por sus medidas no podía salir del interior de la parroquia, por lo que se encontraba preparado junto a la parroquia.

A las siete de la tarde comenzó a salir la Virgen, puntual, no hacía falta consultar con meteorología ni nada, el día por la mañana no auguraba una buena tarde y por lo tanto una no salida de la Virgen, pero por causas quizás del destino, de la meteorología o incluso llamémosle milagro, la Virgen quería darle una alegría a su barrio e hizo que lloviera tanto antes como después, pero no durante su procesión. 

De lo contrario, hubiera un sido un gran disgusto, tanto tiempo esperando este día y al final nada, pero bueno eso hubiera sido otra historia que hoy no debemos ni de imaginárnosla.

La meteorología fue el mejor acompañante que tuvo la Virgen, la temperatura era bastante agradable y ni siquiera el viento hizo acto de presencia, por lo que la candelería estuvo encendida al completo durante todo el recorrido.

El paso de la Virgen había sido cedido por la hermandad de la Vera Cruz de Aznalcóllar, un pueblo que ayer estuvo muy relacionado con la procesión. Al mando del mismo y de sus 30 costaleros estaban Ismael Vargas, Paco Pioza y su equipo de auxiliares. En la delantera del paso figuraba una reliquia de San José de Calasanz.

La Virgen lucía el manto de la Virgen de la Soledad de Aznalcóllar. Para esta procesión han colaborado también prestando enseres las hermandades de Amor y Sacrificio de Dos Hermanas y de Nuestra Señora del Águila de Alcalá de Guadaira.

Tras el paso la banda de música Santa Ana de Dos Hermanas que durante todo el recorrido interpretó un repertorio muy variado y acertado, con marchas como “La Esperanza de Triana”, “Valle de Sevilla”, “A mi Virgen de la Paz”, “Coronación de la Macarena”, “Encarnación Coronada”, “Coronación” y muchas más.

La procesión pasó por calles por las nunca había pasado la Virgen, o mejor dicho por las que nunca había pasado un paso. Realmente emotivo fue el discurrir por el callejón de los naranjos, a marcha por chicotá y con numerosas personas esperando para ver la entrada. 

Al llegar la Virgen frente a la parroquia comenzaron los fuegos artificiales, un nuevo ejemplo que demuestra que no le faltó de nada a esta salida extraordinaria. 

Al recogerse la Virgen, cuando faltaban pocos minutos para las doce de la noche, un fuerte aplauso y alguna que otra lagrima pusieron el broche de oro al día, el día que la Virgen de los Ángeles salió por primera vez en procesión.

Continuará.... 

Fotos: Eduardo Fdez. López