Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • martes, 7 de mayo de 2024
  • faltan 341 días para el Domingo de Ramos

Tan sólo, hace unos días…Isabel Serrato Martín


A mi Padrino, para que sueñe con su nueva estrella.

 Apenas ha pasado una semana desde la última vez, chiquita, que te tuve frente a mí. Apenas ha pasado una semana desde que te pedí, de nuevo siempre pedirte y tú, como siempre, cumpliste. Tan sólo, hace unos días, chiquita, que te eché de nuevo mi mano en tu cintura y sentí la suavidad de tener entre mis manos a quien todo lo puede por la intersección de su hijo, el pequeño de San Pedro, que se nos enmarcó en este besamanos, sentado en un silloncito, que es el sillón de mis sueños. Chiquita, estuvimos hablando, claro que ambas nos dirigimos nuestras miradas. Ha llegado ese momento en el que ya no te tengo que decir lo que me hace falta o lo que necesito, ya me miras, haces un singular guiño de ojo, y sabes y a la vez cumples lo que estoy a punto de susurrarte. ¡Ay chiquita mía, si volviera a tenerte sólo para mi! No sé por qué digo esto si te siento sólo mía. Tu apostolado dormía como de costumbre, haciendo guardia en sueños de un niño Dios, más que bonito, desafiante en la “chulería” de esa cara tan dulce con la que atraviesa nuestros corazones, con la travesura en su mirada. Ese es tu niño, Virgencita, tu chiquito. Y tú eres mi chiquita, mi niña bonita;  no quiero hacer rima, la hice en su día, pero es que te quiero, como si tu nombre me hubiera atravesado el corazón desde el día que La Calzada me viera nacer.

Hoy, sabes lo que necesito, sé que pronto lo pondrás en mi camino. Dios, quien naciera de la Encarnación más hermosa, siempre me ha enseñado que primero, los demás, y así luego sonreiré. No puedo negarte, chiquita, que ahora mismo me sienta feliz, quizás no pueda pedirte más, quizás no deba. Pero como tu me has dado esa complicidad de hablarte como si mi madre carnal lo fueses, si tu me has encomendado tener a tu niño en brazos, abrazarte, hasta besarte en una sincera plegaría, hoy, mi chiquita, que me haces tan feliz, no voy a pedirte nada más para quien escribe. Hoy quiero que tengas contigo en el cielo a una persona, que para él, era muy importante. Quiero que le des fuerza al más que mi amigo Pedro, a mi Padrino, que no flaquee en la Pasión de su Merced y sepa que ya tiene una estrella, más, que brilla y le guía en el camino. No quiero tristezas, chiquita, porque le digo a él en tu nombre, que ella está contigo y ya no hay mayor gloria.

Chiquita, que osadía, hasta llamarte así, Pilar de mi vida y corazón, sigue caminando a mi lado.

Fotos: Francisco Santiago










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.