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Fuente de Salud. Cincuentenario de la primera salida procesional de Nuestra Señora de la Salud en la Semana Santa de Sevilla. José Fernández López


 El Lunes Santo, día 4 de abril de 1955, la Hermandad de San Gonzalo veía finalmente culminada su aspiración de realizar la estación de penitencia a la Catedral de Sevilla con su paso de palio, portando a su titular, Nuestra Señora de la Salud. La cofradía ya estaba completa. Los sueños y anhelos de de los hermanos y devotos de la Virgen por fin se cumplían.

A pesar de la relativa juventud de la Hermandad de San Gonzalo en la historia de las corporaciones de penitencia en la ciudad hispalense, su vida espiritual y material es ya muy intensa. En ese recorrido destaca desde los tiempos de su fundación, allá por el año 1942, su intensa devoción filial a la figura de la Virgen María, en la advocación escogida por sus fundadores, Nuestra Señora de la Salud. De hecho, en los primeros tiempos, la Hermandad fue reconocida popularmente por el nombre de su Virgen e, incluso, oficialmente se la denominó como “Cofradía de Nuestra Señora de la Salud”. Esta advocación alude a la imagen tomada del Cantar de los Cantares IV, 15, “fons ortorum; fuente de jardines”, en la que María simboliza el agua purificadora. La Letanía Lauretana retoma el sentido devoto de esta alegoría y la nombra “Salus Infirmorum; Salud de los enfermos”, en el doble sentido espiritual y físico. En Sevilla esta advocación está presente en diversas y piadosas imágenes marianas, como la titular de la Hermandad de Gloria de la Parroquia de San Isidoro, siendo también la predilecta de Santa Ángela de la Cruz y de la congregación de Hermanas por ella creada dedicada a velar por enfermos y menesterosos.

 La devoción a la Virgen de la Salud ha sido una constante en la cofradía y en la feligresía de San Gonzalo, incluso antes de que se tallara, en 1943, la primera imagen de Rafael Lafarque. A ella se encomendaron los primeros pasos, siempre complejos, de la nueva corporación. El fervor fue creciendo en los años siguientes, manifestándose en diversos cultos: septenarios, triduos, besamanos y salidas extraordinarias; donde Nuestra Señora de la Salud siempre estuvo arropada por la devoción y el amor de sus hijos. Esta devoción también se ha visto plasmada en diversas y generosas donaciones a la Virgen. De todas guarda entrañable recuerdo la Hermandad. Destaquemos aquí la adquisición de una nueva corona de salida ejecutada por el orfebre Fernando Marmolejo y que fue costeada por la cofradía merced a las suscripciones de feligreses y devotos. Se estrenó el Lunes Santo de 1967.

Pero volviendo a la primera salida procesional de 1955, el ver en la calle a la Virgen de la Salud fue un auténtico empeño popular que dinamizó el afán de la Hermandad. Las noticias en la prensa de aquella época se hacían eco de estos sentimientos de los vecinos del barrio León y de San Gonzalo y de las peticiones de limosnas con este fin, señalando que: “el barrio no puede esperar más años sin ver salir a su Virgen” (Sevilla, 6/III/1954). Y el deseo se cumplió. Aquel Lunes Santo, Nuestra Señora de la Salud salió a las calles de su barrio para iniciar y cumplir el camino penitencial hacia Sevilla. En este empeño fueron providenciales las ayudas de las hermandades de Triana,  especialmente de la Estrella y de la O, que participaron en la procesión. En el nuevo paso de palio destacaban visualmente la sencillez de sus formas y la blancura en el color, como hicieron ver los comentarios escritos en los diarios locales. Pero lo que no se veía, lo que se guarda en el corazón, estaba profusamente ornamentado de las ilusiones y los sentimientos de todos los fieles hacia la Virgen de la Salud. Ese sencillo palio de cajón inicial ha dado lugar, con el paso del tiempo, a un cada vez más enjundioso paso para Nuestra Señora, que en unos años contará además con unos bellos respiraderos de plata que realiza Orfebrería Triana. Sin embargo, muy por encima de cualquier mejora en su ajuar o patrimonio, en su paso siempre ocupará el primer lugar, como el más importante de los tesoros, el amor de sus devotos, auténtico impulso que mueve la espiritualidad de una Hermandad y una feligresía.

Centro de esta devoción es la imagen escultórica de Nuestra Señora de la Salud. La primitiva efigie de Rafael Lafarque, sufrió diversas intervenciones y cambios en la fisonomía de su rostro y manos, a cargo de destacados imagineros sevillanos del siglo XX como fueron: Antonio Castillo Lastrucci, Antonio Eslava y Luis Ortega Bru. Sin duda la más intensa, pues la transformó casi totalmente, se produjo tras el desgraciado incendio en la parroquia de San Gonzalo, la madrugada del Viernes Santo de 1977. Los trabajos fueron realizados por Luis Ortega Bru. Este imaginero, autor de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder y del Caifás que le acompaña en su paso procesional, realizó una nueva talla de la Virgen de la Salud, conservando y reencarnando, para mantener la armonía del conjunto, las bellas manos que con anterioridad había esculpido el citado Antonio Eslava en 1968.

La actual efigie de Nuestra Señora de la Salud es una dolorosa de vestir o de candelero que mide 1, 74 metros de altura. Se trata de la única imagen mariana de Ortega Bru que procesiona actualmente en la Semana Santa de Sevilla. En ella, el escultor dejó la impronta artística que caracterizó su quehacer, en el que predominaba el marcado sentido expresivo de las figuras; aunque en este caso dulcificando las facciones juveniles del rostro de María. Su disposición física es casi frontal. De los ojos, tallados en la madera, caen cinco lágrimas de cristal, mientras la boca entreabierta deja ver los dientes. Los tonos de la policromía resaltan el sentimiento y la belleza del rostro de la Virgen.

En este año de 2005 se cumple el Cincuenta Aniversario de la primera salida procesional de Nuestra Señora de la Salud en la Semana Santa de Sevilla. La Hermandad de San Gonzalo ha querido recordar esta efemérides con la realización de diversos actos de exaltación y recuerdo, la publicación de un libro conmemorativo y la realización de una exposición audiovisual dedicada a su titular. De todas estas citas, especial relevancia tendrá para todos la Misa Pontifical, presidida por Sr. Cardenal, y la Salida Extraordinaria por las calles del barrio el día 24 de septiembre. Nos esperan, hasta la conclusión del tradicional besamanos de la Virgen en octubre, treinta días, aproximadamente, llenos de emociones y vivencias, en los que el aliento de esa Fuente de la Salud que nos guía llevará con confianza la nave a buen puerto.

José Fernández López.
Comisario del Cincuentenario

Fotos: Francisco Santiago

Artículo aparecido en el Boletín Informativo Nº 60 de la Hermandad de San Gonzalo










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