La Virgen de la Salud, José Cretario. ABC
En uno de los pocos de los rincones del universo que el tiempo ha respetado hasta en sus aromas. En invierno huele al café de después de la siesta y a las naranjas caídas; en marzo a azahar, en mayo se abren los paraísos para detener las tardes y en verano los jazmines son los que se encargan de hacer las noches eternas. Hace 50 años el Barrio León era igual que es hoy. Un milagro.
Y fue allí y en aquella Sevilla del alivio del luto de la guerra cuando salió a la calle en un palio en el que casi todo era prestado, otro milagro, la Virgen de la Salud. Vecina de la plaza y del ambulatorio, confidente del trasiego y de las enfermedades, la imagen de San Gonzalo tardó muy poco en adueñarse de los corazones hasta convertirse en el principal referente devocional de aquel barrio de casitas blancas, de aquella otra vecina barriada del Tardón y del más lejano barrio Voluntad... Anda que no hubo niñas a las que en Triana se las bautizó con el nombre de la Virgen.
Pasó el tiempo, llegó la eclosión de la Semana Santa y curiosamente el fenómeno de los hermanos costaleros, tan fundamentales en la historia de esta cofradía, provocó que los focos de la atención se situaran cinco tramos más adelante, justo sobre el paso del Soberano Poder ante Caifás. Hoy en la calle preguntas por San Gonzalo y la gente te habla del misterio, de la singular imagen del Cristo y de la mítica manera de andar que un día soñó el malogrado Juan Vizcaya. Pero es bueno saber que no siempre fue así.
Hubo un tiempo cercano en el que San Gonzalo era sobre todo y ante todo la Virgen de la Salud que dentro de unas semanas saldrá a la calle bajo palio. En estos tiempos de desmesura, la del 24 de septiembre puede parecer una procesión extraordinaria más. Pero no. Los actos que la cofradía ha preparado para conmemorar el cincuentenario de aquel Lunes Santo del 55, de aquel palio humilde y de aquella mirada triste, tiene mucho de recuperación de la memoria histórica. Quizá ese día volvamos a ser los mismos que fuimos años atrás. Va a ser emotivo pues reunirnos alrededor de esta Dama de Noche. Y seguir pidiendo que nunca deje de enviar al menos un chorrito de su fuente. La Fuente de la Salud.
Chisporroteos.
Uno. Más que la de la vuelta al cole, esta va a ser la semana fantástica. Los cabildos del Polígono, 13 y 14, de Montesión el 15 y el Cerro, el 16, seguro que van a dar para mucho. Al tiempo.
Dos. Con la decisión de contratar una agrupación musical, concretamente una de las que mejor suena como es la de la Redención, Montesión da un paso decisivo en la normalización de su cortejo, al menos en el terreno musical. Ojalá lleguen más como esta.
Tres. Aunque en la música, la noticia más impactante ha sido la propuesta recibida por Julio Vera. Grabaron esta cuaresma la banda sonora de una película junto a una banda de gaiteros escoceses. Ahora, responsables de la producción proponen a Vera que se hagan más trabajos de «fusión» y que incluso éstos se puedan tocar ¡¡¡detrás de las procesiones!!! Ustedes me dirán si esto entra dentro del epígrafe de «músicos sin fronteras» o mejor en el de los majaretas.
Cuatro. Los pasos del Amor saldrán esta semana de la Anunciación rumbo al almacén ya reparado de la inundación. Allí serán restaurados por el taller de dorados de Santa Clara. Todavía podrán verse los desperfectos este martes en el acto de la Exaltación de la Cruz que cada año organiza la cofradía y que este año correrá a cargo del poeta del Valle, Manuel Lozano.
Y cinco. Como ven que la cosa vende, ahora un grupo de teatro de estos de vanguardia anuncia la puesta en escena en Sevilla de una obra de teatro, «Madre amantissima» cuyo protagonista es un vestidor envuelto en todos los tópicos posibles. En el anuncio aparece también una especie de caricatura de una Virgen negra. Lo de siempre.
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