Nuevo trabajo de Encarnación Hurtado para Sanlucar de Barrameda

Arte Sacro. El último trabajo de Encarnación Hurtado se trata de dos arcángeles, uno representa al Angel de la guarda y el otro a San Gabriel que en este caso porta el paño de la Verónica.

El año pasado se realizaron el arcángel San Miguel y San Rafael. Este trabajo junto al pelicano que forma parte de la cartela trasera del nuevo paso, obra de Antonio ibañez, se esta realizando para la hermandad del Nazareno de Sanlucar de Barrameda.

Encarnación Hurtado nace en Utrera (Sevilla), en 1964. La figura de su padre, el también escultor Pedro Hurtado, fue decisiva en su autodidacta vocación de artista.

El polifacético y riguroso magisterio paterno le proporcionó la base práctica y la inquietud teórica necesaria para manejar dichos recursos con una destreza innata. Ello le permitió, desde muy temprana edad, trabajar materiales como el barro o la madera, así como aplicar las técnicas de policromía.

A medida que amplía sus dotes prácticas, se inicia en su interior un deseo de conocimiento por la historia del arte, lo cual le conduce a la pasión que hoy en día sigue alimentando por los movimientos clásicos y barrocos.

La escultora adquiere importantes conocimientos sobre volúmenes, anatomía y proporciones, y profundiza su estudio en los maestros de la Escuela Sevillana, sus referentes más directos: Martínez Montañés, Juan de Mesa, Pedro Roldán, su hija Luisa Roldán, etcétera.

También muestra gran interés por el arte de los escultores granadinos Mena, Risueño y Ruiz del Peral, y castellanos, caso de Jerónimo Hernández o Francisco del Rincón.

Su pasión por el arte y la cultura la lleva a interesarse por la pintura y, entre sus preferencias musicales, por la tradición coral prerrenacentista. La producción artística de Encarnación Hurtado, plena de capacidades técnicas y de sensibilidad veraz por el barroco, le auguran una progresión profesional que más allá del prestigio, le hará ser valorada como un exponente ineludible en la escultura sacra sevillana de los años venideros.

En el año 2002, Encarna Hurtado, después de un tiempo con taller abierto en Utrera, su localidad natal, decide trasladarse a la capital hispalense, donde trabaja y reside actualmente.