El mejor sitio del Domingo de Ramos. Mariano López Montes

No me hará falta estreno, pues la ilusión después de tantos años, se estrena un año más como la primera vez. No he de vestir la elegante túnica blanca con la Cruz de Malta, cinturón de abacá y cola al brazo como culmen de la belleza y elegancia recorriendo las calles de esta Sevilla, en los atardeceres y noche cerrada de un nuevo Domingo de Ramos.

Este el mejor palco para vivirla, no se sitúa en la plaza de San Francisco, Sierpes o Campana, ni tan siquiera en los aledaños de Alcázares o esta otra calle que se llama como la más querida y humilde de las santas sevillanas. No hay reserva, numeración o localización, pues este privilegiado sitio cubre y cruza todas las calle y localidades de contemplación. No se vive el Domingo de Ramos desde el boato de lo estético, ni del protagonismo personal, pues esta experiencia para vivirla tienes que compartirla con otros 45 que siempre caminan como uno solo, y siempre a tu lado.

El motor que mueve esta empresa no es solo la fuerza motriz de los músculos, ni tan siquiera el pundonor y la hombría, como pudiera parecer a simple vista, porque ahí debajo y después de tantos año viviéndolo, habitan los sentimientos, los recuerdos, la evocación y como no la capacidad de sacrificio, que requiere cualquier obra que merezca la pena construirse.

Y un año más crear arte en un trabajo que no se diseña desde la racionalidad, el afectísimo, o la economía de recursos tan en boga en la actualidad. Sentimiento, comunicación con aquel que aunque habla a cada uno de los que lo contemplan, siempre guarda el más elegante y discreto de LOS SILENCIOS, Pundonor fuerza sentimientos, oración sentida y nunca falseada, y por qué no, trabajo costalero a la antigua usanza, para seguir marcando un año más el rachear largo y acompasado de siempre, con el que Jesus en su Silencio y el tan famoso y hasta querido actualmente HERODES, caminarán dentro de pocas horas por la calle de esta Jerusalén del sur que se llama Sevilla.

Fotos: Mariano López Montes